miércoles, 15 de julio de 2009

Ciegos

Una de las actitudes más nobles en esta vida es cuando ayudamos a las personas que tienen algún problema físico; nos despierta más de algún sentimiento de compasión. Por ejemplo, conducir a un ciego para que no se tropiece nos produce una gran satisfacción, etc. Esta loable cualidad material pareciera que se ennoblece mas cuando uno trata de ayudar a quienes tienen problemas de conducta, como serian los mareros, niños de la calle, alcohólicos, drogadictos, mujeres y niños con problemas de violencia familiar, etc. Todo esto es bien visto por las personas, partiendo de la idea generalmente aceptada de que se debe ayudar a todos los que tienen problemas. Para ello solo se necesita conocer los problemas, tener recursos económicos y la buena voluntad ara realizar esta clase de altruismo.

Sin embargo, en el campo espiritual, para que alguien pueda ayudar a otros –según los principios de Cristo- tiene que ser una persona que pueda ver, pues para Dios son ciegos aquellos que no conocen el camino hacia el. Entonces, para brindar una ayuda espiritual, lo debe hacer alguien que si ve. Para Dios es imposible que un ciego guíe a otro ciego: "¿A caso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? (Luc. 06:39)

El trabajo espiritual es tan delicado y según la apreciación de Cristo, no se puede improvisar a alguien. Para ayudar a los demás se debe tener una condición especifica, y es: "no ser ciego". Pero esto ¿Qué significa? Dice que si alguien es ciego y quiere ayudar a otro ciego, ambos caerán en el mismo agujero. Lamentablemente el evangelio lo han convertido en una institución donde cualquiera puede ayudar a otro sin llegar a establecer si esta persona "mira".


 

Texto por

"Si oyereis hoy"

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