sábado, 4 de julio de 2009

¡Escarnecedores!

Haciendo un pequeño análisis del mundo que nos rodea, observamos que cada persona se forma un criterio de la vida, y en base a ello planifica de una manera consciente o inconsciente lo que desea lograr mientras tiene vida. El anhelo de la mayoría es llegar a obtener lo mejor. Nadie quiere quedarse atrás y por ello cada quien lucha por su propia superación. El hombre lucha, sufre y hasta hace el mas grande sacrificio para alcanzar sus metas, y cuando lo logra se siente realizado.

¿Qué sucede cuando alguien suele alcanzar sus sueños terrenales?

La respuesta es sencilla, viendo el resultado en la primera persona que logro su sueño terrenal-Adán-quien añoro tener una esposa y lo logro; pero con ello sacrifico su relación con Dios. El alcanzar los logros terrenales va creando en el hombre la creencia de autosuficiencia que pretendió el diablo cuando le dijo a Eva: "tú puedes…", cuya expresión denota que no necesita de nadie (por supuesto, ni de Dios). Cuando alguien logra su sueño se ríe de Dios; Adán lo hizo al permitir que su mujer hiciera lo que Dios dijo que no se debería hacer: comer del "árbol de la ciencia del Bien y del Mal". Esto es reírse de Dios, porque sus hechos mostraron que las palabras de Dios no eran las mas importantes para el.

Otro ejemplo es el de Job, quien logro bienes terrenales, fama, amigos. Todo esto lo llevo a pensar, equivocadamente, que el era el mas grande delante de Dios, y Dios tuvo que mostrarle lo contrario quitándole todas las cosas que significaban su gloria. David expreso la vanidad del hombre de la siguiente manera:

"Con castigos por el pecado corriges al hombre, y deshaces como polilla lo mas estimado de el; ciertamente vanidad es todo hombre" (Sal. 39:11)
Texto por
“Si oyereis hoy”©

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