domingo, 19 de julio de 2009

Video: Dios te dice

Para mis hermanos necesitados de palabras de aliento, les dejo este video que espero que sea de bendicion en sus vidas...

miércoles, 15 de julio de 2009

Ciegos

Una de las actitudes más nobles en esta vida es cuando ayudamos a las personas que tienen algún problema físico; nos despierta más de algún sentimiento de compasión. Por ejemplo, conducir a un ciego para que no se tropiece nos produce una gran satisfacción, etc. Esta loable cualidad material pareciera que se ennoblece mas cuando uno trata de ayudar a quienes tienen problemas de conducta, como serian los mareros, niños de la calle, alcohólicos, drogadictos, mujeres y niños con problemas de violencia familiar, etc. Todo esto es bien visto por las personas, partiendo de la idea generalmente aceptada de que se debe ayudar a todos los que tienen problemas. Para ello solo se necesita conocer los problemas, tener recursos económicos y la buena voluntad ara realizar esta clase de altruismo.

Sin embargo, en el campo espiritual, para que alguien pueda ayudar a otros –según los principios de Cristo- tiene que ser una persona que pueda ver, pues para Dios son ciegos aquellos que no conocen el camino hacia el. Entonces, para brindar una ayuda espiritual, lo debe hacer alguien que si ve. Para Dios es imposible que un ciego guíe a otro ciego: "¿A caso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? (Luc. 06:39)

El trabajo espiritual es tan delicado y según la apreciación de Cristo, no se puede improvisar a alguien. Para ayudar a los demás se debe tener una condición especifica, y es: "no ser ciego". Pero esto ¿Qué significa? Dice que si alguien es ciego y quiere ayudar a otro ciego, ambos caerán en el mismo agujero. Lamentablemente el evangelio lo han convertido en una institución donde cualquiera puede ayudar a otro sin llegar a establecer si esta persona "mira".


 

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"Si oyereis hoy"

Grupos religiosos

En los postreros días, "teniendo comezón de oír se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" (2ª Tim.04:03-04). El aumento de tanto "siervo de Dios" en nuestros días no lo debemos tomar como una gran bendición, porque en lugar de ser un beneficio, esta confundiendo el camino que lleva a Dios. Muchos de los "orientadores espirituales", son personas que necesitan ayuda y orientación porque ni ellos mismos saben a ciencia cierta lo que están haciendo, y todo esto, para que se cumpla la palabra del Señor.

Por supuesto, que cada quien sabe cuanto mira eso no es lo mismo que decir cuanto sabe de Biblia. Uno puede saber mucha Biblia, pero oiga lo que el Señor le dijo a los que mas letra sabían: "Entonces algunos de los fariseos que estaban con el, al oír esto, le dijeron: ¿A caso nosotros somos también ciegos? (Jn. 09:40). Por supuesto que las palabras de Cristo ofendieron profundamente a los fariseos, porque todos los tenían a ellos como los más grandes orientadores de un camino, y por ello no se reconocían ciegos.

Hoy en día tenemos la misma situación que vivió nuestro Señor Jesucristo, pues cada persona religiosa que pretende ayudar a los demás generalmente no ha visto su propia condición de ciega, donde su corazón esta lleno e rencor, violencia, insultos, maltratos y sobre todo, lleno de amargura y resentimiento. ¿No es esto una ceguera espiritual? La persona que pretenda orientar a los demás necesita ser como nuestro Señor Jesucristo, quien amo sobre todo a los "enemigos", cumpliendo así el siguiente pasaje: "…Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mat. 05:44); "Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis" (Rom. 12:14).

Ante la falta de reconocimiento de la ceguera espiritual de todo un mundo religioso, el Señor Jesucristo dijo estas palabras: "…si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: vemos, vuestro pecado permanente" (Jn. 9:41). Al no reconocer nuestra condición delante de Dios y considerarnos personas con una gran visión espiritual, esto molesta e indigna a Dios, a tal grado que Dios dice que nuestros pecados pueden permanecer por la falta de humildad en nuestra propia vida. La verdad es que necesitamos que Dios nos abra los ojos; que nos de ese colirio para que veamos. ¡Que Dios le bendiga!

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"Si oyereis hoy"©

Predicándole al viento

No nos cansamos de exaltar y bendecir el nombre de nuestro Dios por su sabiduría, poder e inteligencia. Es verdaderamente admirable que, siendo el Todopoderoso, no obliga a nadie a buscarle, ni siquiera a creer en el. Que le costaba enviar a su hijo al mundo a establecer un régimen de tipo fascista y hacer que todos se le sometieran por las buenas o por las malas; siendo que en ese sentido, aun miserables mortales lograron con empeño establecer imperios y dominios; cuanto mas el –creador y dueño de todas las cosas- leamos: "…el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien el quiere…Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y el hace según su voluntad en el ejercito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? " (Dan. 4:32, 35). No obstante –y a pesar de ser creador y dueño e todo- no obliga a ningún ser humano a creer en el, ni a someterse a sus leyes; sino que únicamente nos invita a razonar, tratando de ganarnos por medio de sus favores; siendo el mas grande de todos el haber enviado a su hijo a este mundo, para invitarnos a entrar voluntariamente en el reino de Dios. Durante ese trayecto, Jesús dejo claro en cada una de sus enseñanzas, la libertad que tiene cada hombre para servir a Dios o ser súbdito del diablo.

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Espíritus definidos

No se debe obligar a nadie a creer ni a no creer en Dios. En ese sentido Dios, como ningún otro, da libertad a cada ser humano para que se ubique en el lugar que le corresponde, tal como sucede con las piezas de un rompecabezas. Es imposible meter al cielo a alguien que no tiene definida su forma allí; de igual modo no puede estar en el infierno alguien que es de allá arriba. De tal forma fue Jesús cuando descendió al infierno- que no encontrándose allí lugar para el fue vomitado por la tumba, y volvió a la vida por la resurrección, para luego ascender al cielo en donde esta su verdadero lugar. Leamos: "…eso de que subió, ¿Qué es, sino que también había descendido primero a las partes mas bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo" (Ef. 04:09-10)

Es imposible que en el día final aparezca alguien en el infierno por equivocación, siendo que merecía estar en el cielo; leamos: "…a los que me diste yo los guarde, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese" (Jn. 17:12). Si bien es cierto que Dios no obliga a nadie a creer en el, tampoco absuelve –por su amor- a aquellos que merecen la condenación eterna por las obras impías que realizaron mientras estuvieron en la Tierra; leamos: "Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron. Veneno tienen como veneno de serpiente; son como el áspid sordo que cierra su oído, que no oye la voz de los que encantan, por mas hábil que el encantador sea" (Sal. 58:03-05). ¿Entiende usted esto? Aquellos que ya traen una naturaleza perversa e incorregible la sacan a relucir desde pequeños –mostrando su resentimiento en cada uno de sus actos- y no llegan a cambiar jamás "por mas hábil que el encantador sea", a menos que Dios lo cambie; o sea, no deponen su soberbia ni sus maldades por mas ungida que sea la amonestación.

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Aunque sea al viento

"…si anuncio el evangelio, no tengo por que gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mi si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada" (1ª. Cor. 9:16-17). Note, que en todo Dios nunca obliga a predicar; pero si alguien pertenece a su reino, sin duda sentirá el deber de hacerlo. Cuando Dios comisiono al profeta Ezequiel para que predicase a su pueblo Israel –el cual se había endurecido mucho a causa del pecado y la idolatría- le anticipo que su predica no seria aceptada; no obstante, debería predicar aunque solo lo escuchara el viento; leamos "Yo, pues, te envió a hijos de duro rostro y de empedernido corazón, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen: pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos… Les hablaras, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes… (Ez. 2:04-05, 07). El profeta Oseas predico el arrepentimiento a Israel; sin embargo, estos le ignoraron y continuaron en sus idolatrías, por lo cual Dios le dijo: Efraín (Israel) es dado a los ídolos: déjalo… El viento los ato en sus alas, y de sus sacrificios serán avergonzados" (Os. 04, 17, 19). ¿Verdad que Dios no obliga? ¿Puede usted aun oír la voz de Dios o prefiere que la oiga el viento?

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Las Naciones se unirán

Una de las grandes profecías de las Sagradas Escrituras para los días finales, y que ya la vemos con nuestros ojos, es la extraña unidad que se esta dando en el mundo, la cual ha sido advertida en varios pasajes. Esta unidad es falsa desde todo punto de vista; sin embargo, todos los hombres la elogian y la sublimizan como si fuese algo casi sagrado. Léase: "así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclaran por medio e alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro" (Dan. 02:43). Ademas, se nos advierte que el resultado de esta aparente unidad traerá –de igual modo- una falsa paz y seguridad. Cuando estas cosas se cumplan, quiere decir que la destrucción y el final de todas las cosas ha llegado; según esta escrito: … cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparan (1ª. Tes. 05:03). Alguno se preguntara: ¿Por qué ve Dios como mala la unidad del mundo y la paz que habrán logrado? Es muy sencillo averiguarlo: esta unidad elimina todo concepto de Dios y –bajo filosofías engañosas- pone al hombre en contra de Dios mismo, estableciendo sin darse cuenta el reinado espiritual del anticristo: "un mundo que rechaza a Dios".

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