lunes, 3 de agosto de 2009
Video: Reflexion Cristiana
sábado, 1 de agosto de 2009
La corrupción
Una de las cosas mas innegables que nos suceden en esta vida, -a todos, sin excepción alguna- es que tendemos a ser corruptos. No corrompe el dinero, la fama, y no digamos los aspectos sexuales, que quizá son los problemas mas complejos dentro del hombre mismo.
Vea como el Señor Jesucristo también se enfrento a este flagelo y lucho contra el. Satanás mismo lo tentó presentándole fama, riquezas, gloria y muchas otras cosas que el Señor pudo vencer, y es el único que ha podido vencerlas con el poder de DIOS.
Todos los que fielmente amamos a Jesucristo estamos en esa lucha, tratando de que no nos afecte la corrupción; pero a muchos los ha invadido, por eso han dejado el camino y se han llenado de avaricia, lujurias, de gloria, y como les cuesta entender que todo eso los aleja de Dios.
El hombre –por alcanzar todo esto- tiene una gran lucha porque el diablo esta dispuesto a dar: "…Todo esto te daré, si postrado me adorares" (Mat. 4:9). Quiere decir que estas cosas son parte de una adoración a Satanás. La idolatría del hombre mismo, su misma exaltación.
Por supuesto, la iglesia físicamente nominal terrenal se ha llenado de hombres corruptos que han hecho de las organizaciones una masa de corrupción. En el Antiguo Testamento Dios le mostro a Ezequiel las contaminaciones de los sacerdotes (Ez. 8). Imagínese usted que cosas las que habían, por eso el Señor le llamo a los fariseos sepulcros blanqueados –por dentro corruptos- pero por fuera se presentaban con mucha santidad, con mucha entrega: "No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre" (Mat. 15:11). En estas palabras del Señor Jesucristo podemos resumir lo que Dios pensó del hombre.
¿Qué esta haciendo usted para no caer en semejante debilidad?, ¿o no le interesa llegar al reino de los cielos como verdadero hijo de Dios? ¡Que Dios nos ayude!
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"Si oyereis hoy"
El fondo de la grandeza
Estamos en un mundo lleno de grandezas y cosas extrañas, Debemos tener cuidado con lo que recibimos, porque el mundo esta lleno de un poder y son pocos los que así lo entienden. Sin embargo, el fondo de la única grandeza que alguien puede poseer es tener a Jesucristo –su espíritu, su gloria- morando en su corazón; grandeza que muchos ignoran, pues están inmiscuidos en sus propios pensamientos, a tal grado que divagan, pierden el orden de sus ideas y se llenan de otra grandeza la cual es terrenal, y es ahí donde fallan delante de Dios. A pesar de ser esta grandeza terrenal enredada, peligrosa, traidora, desconfiada, totalmente apartada de la verdad, son muchos los que por insensatez la viven buscando en todos sus actos de esta vida.
Sin embargo, quienes anhelamos llegar un día con Dios luchamos por apartarnos de toda esa falsa grandeza que ofrece este mundo. Aunque para un hijo de dios recibir esos ofrecimientos no ha sido nada fácil, pues ha representado dolor, sufrimiento y el rechazo de parte de esta sociedad, tal y como lo vivió nuestro Señor Jesucristo. Pero Gracias a Dios por su misericordia, por esa bondad que ha tenido para rescatarnos del hoyo más profundo, de esa incapacidad y de esa falsa grandeza. Dice la Palabra: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." (Rom. 8:28)
Como vera, las cosas de Dios son altamente maravillosas para sus hijos: todo les ayuda a bien, ¿no le parece extraordinario? Esa si es una bendita grandeza, una gran bendición que no cualquiera disfruta sino solo sus escogidos; aunque a veces las cosas son difíciles; pero de Dios recibimos consolación. "…En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho mas preciosa que el oro…sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso." (1ª Ped. 1:6-8)
Es preciso darle gracias a Dios porque también tenemos la grandeza de lograr sobrellevar esas aflicciones. Cosa que no ocurría antes, cuando nos atormentaba una enorme desesperación. "… ¿Qué? ¿Recibiremos del bien, y el mal no lo recibiremos? …" (Job. 2:10). Que el Señor nos conceda la dicha de conocerlo, esa es mi petición. Que pueda moverse nuestro corazón hacia su santo nombre. Amen.
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"Si oyereis hoy"©
martes, 21 de julio de 2009
Si oyereis hoy
Cuando Dios habla –entendiendo esto ya como los mensajes de los predicadores ni toda aquella abundancia religiosa llena de tantas maneras de explicar el evangelio, sino cuando verdaderamente Dios se manifiesta en la vida- el sello de una predestinación es que uno no endurezca su corazón. Ahí es donde se puede dar cuenta de que es difícil el hecho de hallarnos con Dios.
Dios es bueno, Dios habla. Dice que habla de muchas maneras. El problema esta en nuestra actitud hacia esa voz que tal vez muchos nunca han identificado. Recuerda usted que la predestinación viene desde el vientre de la madre y uno puede ver y sentir que cuando uno es de Dios la vida de uno esta orientada por una voz espiritual desde todos los puntos que podamos ver en nuestra vida. Usted ahí puede encontrar entonces la gran diferencia con el pueblo de Israel, porque ellos eran el pueblo de Dios, escogidos para guardar su ley, en un lugar terrenal; pero no eran parte del remanente escogido, por eso dice: "…si fuere el numero de los hijos de Israel como la arena del mar, tan solo el remanente será salvo" (Rom. 9:27). Al decir remanente, ya esta hablando de un escogimiento, por alguien que pudo entender su voz y no endureció su corazón, como sucedió con el pueblo de Israel. Al igual en nuestros días, la iglesia nominal es puesta también por Dios; pero es un ente para proclamar su mensaje, para dar a conocer sus virtudes. Sin embargo, ser salvo no entra dentro de ese plan religioso, sino es ya producto de un plan espiritual de Dios, creado desde la fundación del mundo.
Creo que para quienes expresamos nuestra postura delante de Dios, la religión puede seguir haciendo su labor; pero cuando alguien es de Dios, sabe que uno ya no quiere proveer material para hacer una religión, sino para hallarnos con el y no endurecer nuestro corazón delante de el.
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"Si oyereis hoy"©
El gran engaño
"Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (2ª. Tes. 2:10). Si cada uno de ustedes pudiera entender cuan difícil es evaluar el espíritu de engaño que opera en el mundo. El engaño esta ligado a la mentira, hipocresía, apariencia, que son sus principales aliados. Las buenas preguntas son: ¿en esta vida que persona escapa de no ser mentirosa?, porque, personas absolutamente verdaderas ¿Dónde están? Ligado a ello, el actuar de las personas que lleva a la hipocresía, en otras palabras, las personas siempre ocultan los sentimientos que tienen por otras personas. Y, por ultimo, al hombre le gusta vivir de apariencias. Le gusta el enaltecimiento, la vanagloria. Precisamente ahí es donde surge el "hombre de pecado, el hijo de perdición" (2ª Tes. 2:03), el cual esta ocupando –por un acto engañoso- un lugar que no le corresponde.
Ese grado de engaño en la actualidad es superlativo. Fíjese usted cuanta gente esta sacando títulos; se dan el lujo de decir: "estudie tal cosa" pero lo hace a base de fraudes. Todo eso es mentira; pero todo por darse un lugar.
Cuanta gente se viste con ropa muy fina por aparentar lo que realmente no es, y podríamos poner muchísimos ejemplos más en el mundo. Todo esto es común; pero lo mas difícil de entender es que el grado mas grande de engaño esta metido dentro de la religión. El diablo realmente ha hecho creer que mucha gente es salva, cuando en la realidad los frutos de un nuevo nacimiento no se miran. La mayoría de pastores predica un mensaje confuso, no son personas definidas en su criterio, solo saben teología; saben predicar, saben entretener a la gente; pero desconocen la voluntad de Dios. Si alguien me asegura que conocer la voluntad de Dios es fácil o es el simple creer que merece todo el gran respeto, pero del engaño, eso es más problema. No porque usted estudie o tenga algún privilegio ministerial, usted ya se las sabe todas y ya no tiene engaño en su corazón. El pecado no respeta títulos ni personas, entienda usted: el pecado es pecado. El único que nos puede sacar de todo esto es el Espíritu de Dios. Realmente, que Dios nos ayude a salir de todo este engaño.
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"Si oyereis hoy"©