domingo, 14 de marzo de 2010

Atrapados en el egoísmo

La instrucción y educación de los niños –y también de los adultos- ha dejado de ser función de hogar, cuyo deber fue eliminado por el mismo hombre, para dar paso al pensamiento moderno y novedoso de los derechos humanos. La familia moderna tiene un concepto diferente al que hasta hace pocos años tenía. En la actualidad solo es la reunión de personas con un parentesco, que habitan en una vivienda para suplir sus necesidades básicas, donde el padre y la madre ya no tienen una función de formación en cuanto al orden, disciplina y valores. Y la Palabra confirma todo este cambio que se da en el mundo para mal, según leemos:

"porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra y los enemigos del hombre son los de su casa" (Mi. 7:6)

Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? (Heb. 12:9-10).

Estos son los principios establecidos por Dios para que el hombre los realice en el hogar; disciplinas que hoy ya no se ven; he ahí la razón de tantas maras y delincuencia.

Otro aspecto importante en señalar es que, dentro del concepto actualizado de educación, ya no se contempla la formación moral ni espiritual del hombre como algo relevante, dejando todo ello al criterio personal. Se han puesto al día con los pensamientos democráticos modernos, contribuyendo así a formar una generación sin aquellos valores morales y espirituales de convivencia; de lo cual la Palabra nos dice:

"El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión" (Mi. 7:4); palabra que vemos cumplida hoy.

El fin principal de la iglesia es la formación espiritual del ser; no obstante, esta se ha dedicado a buscar un lugar en este mundo la vanagloria de la vida; contrario a lo que la Palabra enseña:

"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo, si alguno ama al mundo, el amor de Padre no está en el. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1 Jn. 2:15-17).

Predicar no es sinónimo de formar valores en aquellos que buscan a Dios, porque las predicas en su mayoría solo muestran las habilidades personales y humanas del interlocutor (egoísmo), según dice la Escritura:

"y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (Co. 2:4)

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jueves, 11 de marzo de 2010

La Iglesia Profesante

Dios le llama profesante a la ultima iglesia. Leamos:
"Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra" (Ti. 1:16)
La llamada iglesia en nuestros días esta atrapada en un pensamiento mundano, porque en su mente no ha entrado el renuevo de Dios, ha sido cautivada en la red del placer terrenal; contrario a lo que Cristo dijo a sus discípulos:
"Si alguno quiere venir en pos de mi, nieguese a si mismo y toma su cruz, y sigame. Porque todo el que quiera salvar su vida -en el mundo-, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mi, la hallara" (Mt. 16:24-25).
Para poder perder esa formacion egoísta que el mundo da, usted debe buscar el Espíritu de Dios. Solamente así cambiaran sus pensamientos para llegar a ser una persona de bien al igual que nuestro maestro Jesucristo. ¿Lo entiende?

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martes, 9 de marzo de 2010

Días de mucha violencia

Jesucristo advirtió que los últimos días del hombre sobre la Tierra, serian días de "gran violencia", tal como sucedió en los días del diluvio, o los días de Sodoma y Gomorra. En estos días, la criminalidad, la corrupción y el engaño seria el pan nuestro de cada día y los hombres tendrían que estar sufriendo de los demás el odio, el rencor, la intolerancia y ese sentimiento de animadversión que hace explotar fácilmente al hombre en contra de su semejante. Con tanta razón decía Jesús:

"Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aun no es el fin. Porque se levantara nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores" (Mt. 24:6-8).

Dice además:

"Haz una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad está llena de violencia. Traeré, por tanto, los más perversos de las naciones, los cuales poseerán las casas de ellos; y hare cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. Destrucción viene; y buscaran la paz, y no la habrá" (Ez. 7:23-25).

Es indudable que toda esa explosión de violencia –y aunque parezca incomprensible- es el choque de la soberbia de los hombres. Cada uno quiere imponer su criterio frente a los demás. Sin embargo, la victoria de Jesucristo sobre este mundo consiste en que en medio de la adversidad él puede maravillosamente presentar la imagen de un hombre sencillo, que con humildad y mansedumbre logra vencer por medio de la tolerancia. ¿Lo entiende usted?

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lunes, 8 de marzo de 2010

Verdaderos Creyentes

Jesucristo explica en su Palabra que el venia por las almas de aquellas personas que mostraban un sano interés en creerle; por lo cual dijo un día a sus discípulos:
"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi" (Jn. 14.01).
Cristo trabajo en dar su Palabra para quitar la incredulidad de la cual es presa todo hombre. Al decir "no se turbe vuestro corazón" esta hablando del efecto de la incredulidad. Pero, ¿Porque las las palabras de Cristo causan turbación? Primero veamos que el conocimiento de cualquier religión no turba a nadie. Por dar un ejemplo: hoy en día no se ve turbado a ningún estudioso de la religión egipcia, ya que esto es un conocimiento de filosofías y creencias. Al igual pasa con cualquier conocimiento de filosofías y creencias. Al igual pasa con cualquier conocimiento aun de la Biblia. Entonces, ¿Cuando es que la palabra produce conflictos e incredulidades? Cuando se decide creerle a Dios, no a creer en Dios, lo cual es filosofía.
Jesucristo dijo:
"De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, el las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre" (Jn. 14:12).
Intelectualmente se adquiere este conocimiento; pero, ¿Quien cree? El que esta hacieno las mismas obras de Jesucristo. Cristo les dijo a sus discípulos que enviaría el Espíritu Santo dentro de no muchos días, y no fueron multitudes los que decidieron ir al aposento a esperar que llegara ese día: Solo 120 creyeron y estuvieron perseverando hasta recibir de Dios la promesa. Todo esto contrasta con lo que se practica ahora, pues el espíritu ya no se recibe por fe, sino como resultado del activísmo de un culto. Por supuesto que esto no es verdadero y es el resultado de un creer falso que muchos profesan.

¿Como obra Dios?
Siendo Dios conocedor de nuestra humana condición, expresa lo siguiente:
"Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros "Corazón malo de incredulidad" para apartarse del Dios vivo" (He. 3:12)
Así como Jesús se fijaba en los corazones incrédulos dentro del grupo que le seguía, el dice lo mismo hoy, llamándole "Corazón Malo" a aquellos que no le creen y no hacen las obras que el pide.

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domingo, 7 de marzo de 2010

En los Dias Finales

Dios levanta sus siervos con Palabra viva y poderosa; pero se encuentran con multitudes que no responden ante su mensaje; por eso sabemos que los días son finales. Noé -pregonero (predicador) de justicia- le creyó a Dios haciendo un arca para salvar a todo aquel que creyera como el; leamos:
"Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra esta llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra..." (Gn. 6:13)
Estas palabras vuelven a tener peso hoy, pues vivimos en una tierra sumamente violenta. Leamos:
"Hazte un arca... yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne..." (Gn. 6:14, 17)
Así, Dios hoy advierte su juicio final: ¿Quien creyó en las palabras de Noé? Aunque miraban el arca y todo lo que Noé hizo, el fue objeto de un menosprecio. Igualmente en nuestros días, Cristo advierte sobre la inminente destrucción de la Tierra. A pesar de las grandes obras que Dios hace por medio de su iglesia -testimonio fiel de la presencia de Dios en esta tierra- pocos creen y se están preparando para aquel día final. Y usted, ¿Le cree? o solo ¿cree? Que Dios le de entendimiento.
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martes, 2 de marzo de 2010

Esclavos de la Libertad

Jesucristo vino a esta tierra para presentar un claro antagonismo entre su evangelio y el mundo. Es notorio su rechazo y la forma despreciable en la que él se refiere al mundo en todo el nuevo testamento. Léase:

"no puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mi me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas" (Jn. 7:7)

Es obvio, que por la misma razón el mundo le aborrece hasta el día de hoy. También leamos el siguiente pasaje:

"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en el. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de DIOS permanece para siempre" (1 Jn. 2:15-17).

La verdadera iglesia mantiene esta línea de pensamiento, identificándose plenamente con su maestro. No obstante, en estos días de apostasía la tierra se ha llenado de "un cristianismo identificado con el mundo", en el cual se hermana en lugar de apartarse. Léase lo que el apóstol Juan dijo, refiriéndose a los falsos profetas y engañadores de este tiempo:

"ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye" (1 Jn. 4:5).

Todo lo que ellos hacen tiene el sello del mundo: su música, sus shows, su estilo de vida, sus prácticas. Si no fuese así, como se cumplirían Las Escrituras.

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La Verdadera Libertad

Cuando Jesús decía:

"…si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Jn. 8:36)

Realmente decía una gran verdad, por cuanto los líderes religiosos –al igual que hoy- tenían un gran libertinaje al cual le denominaban "Libertad". Ellos se llamaban descendientes de Abraham, haciendo alarde de su condición de libres; sin embargo, querían matar a Jesús demostrando más bien ser esclavos del homicidio.

De igual forma sucede hoy, cuando muchos gritan, vociferan y hacen alarde de libertad para decir o hacer, siendo más bien esclavos de sus propias soberbias. Cosas semejantes suceden en el mundo, donde los hombres se jactan de libertad porque gritan, agreden a otros y hacen uso de violencia; ignorando que esto es más bien esclavitud de sus propias pasiones, lo cual les hace "libertinos" y no tanto "libres". Léase:

"porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros "(Gal. 5:13).

La verdadera libertad tiene que ver con el desprendimiento de este mundo, el cual está viciado de mentiras. Es por esta razón que todo el evangelio es contrario al mundo; aunque la mayoría no lo ha entendido así. Léase:

"yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son… yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Jn. 17:9, 14-16).

Note la disociación entre la iglesia y el mundo; a pesar de ellos muchos o no entienden, o no aceptan estas palabras que provienen de la misma boca de Dios.

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