SÓLO A TRAVÉS DE LA VIDA DIVINA QUE EL CUERPO DE CRISTO ES EDIFICADO
Ro. 5 :10; Fil. 1 :19
Dios hizo al hombre como un ser tripartito. En primera de tesalonicenses 5:23 dice claramente que tenemos un espíritu, alma y cuerpo. Hebreos 4 :12 dice que nuestro espíritu puede ser separado de nuestra alma. En el alma tenemos la mente, la parte emotiva y la voluntad. En el cuerpo tenemos muchos miembros.... En nuestro espíritu tenemos la conciencia, la intuición y la comunión. Nuestro cuerpo existe para que seamos un vaso viviente que contenga a Dios (Ro. 9 :21, 23).
Dios, a fin de cumplir Su propósito, primero hizo al hombre como vaso que lo contuviera a Él como vida (Jn. 5: 11-13). El hombre fue creado de una manera muy específica, no solamente con un cuerpo para subsistir físicamente y con un alma para expresarse, sino también con un espíritu en el cual recibir y contener a Dios (1 Co. 3:16; 6:19; Ef. 2:21). El alma del hombre es su persona y toda su personalidad. Es una persona completa. La intención de Dios era que el hombre, como ser creado y completo, lo tomara a Él como vida y lo expresara en todos los aspectos de su personalidad. Por consiguiente, además del alma, el hombre necesita un órgano específico con el cual tocar y ser uno con Dios: el espíritu humano (1 Ts. 5:23; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; 1 Co. 6:17).
Romanos 8 nos revela cómo el Dios Triuno (Trinidad divina)---el Padre (v. 15), el Hijo (vs. 3, 29, 32) y el Espíritu (vs. 9, 11, 13-14, 16, 23, 26)--se imparten a Si mismo como vida (vs. 2, 6, 10, 11) en nosotros, hombres tripartitos--de espíritu, alma y cuerpo--para hacernos Sus hijos (vs. 14-15, 19, 23, 29, 17) a fin de constituir el Cuerpo de Cristo (12: 4-5). (Ro. 8:9).
Ser salvos en la vida divina de Cristo es algo que es progresivo. Hemos sido salvos eternamente de la perdición eterna, del juicio eterno y de la muerte eterna en el lago de fuego. Pero en términos de ser liberados de la ley del pecado, todavía no hemos sido completamente salvos. Así que, la vida cristiana es una vida de ser salvos continuamente.
La salvación completa que Dios efectúa se basa en Su justicia (Ro.1:17a), la cual es Cristo. Dicha justicia, la cual es sólida e inquebrantable, es el cimiento de Su trono (Sal. 89:14) y la base en la cual se establece Su reino (Ro. 14;17).
El universo, incluyéndonos a nosotros, existe con base a la justicia de Dios.
Romanos 5:10 señala que la plena salvación revelada en este libro consta de dos secciones: una es la redención que la muerte de Cristo efectuó en nosotros, y la otra es la acción salvadora que la vida de Cristo nos provee. En los primeros cuatro capítulos se describe exhaustivamente la redención llevada a cabo por la muerte de Cristo, mientras que en los últimos doce, se habla en detalle de la acción salvadora proporcionada por la vida de Cristo. Nosotros, el pueblo redimido de Dios, somos salvos en la vida divina de Cristo del cautiverio, la esclavitud, del pecado, es decir, de la ley del pecado por medio de la liberación de la ley del Espíritu vivificante (Ro. 8:2). Pero a fin de que la ley del Espíritu vivificante opere, se requiere que cooperemos al poner nuestra mente en nuestro espíritu (Ro. 6: 6b) y andar según el espíritu mezclado(Ro. 8:4).
Recordar que tenemos un espíritu (1 Ts. 3:17);(que el señor hoy es el Espíritu (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17) y que somos un solo espíritu con el señor ( 1 Co. 6:17).
Nosotros también necesitamos ser salvos en la vida divina de Cristo del siglo presente del mundo, por medio de la santificación del Espíritu Vivificante (Ro. 12:2a; 6:19b, 22b). Somo salvos en la vida de Cristo, de nuestro ser natural por medio de la transformación del Espíritu Vivificante (Ro.12:2b; 2 Co. 3:18). En la ida divina somos salvos del individualismo al ser edificados en el cuerpo de Cristo (12:5). Somos salvos en la vida divina de Cristo de la manifestación de la semejanza de nuestro yo por medio de la conformación del Espíritu que imparte vida (Ro.8:29b)...Seamos buenos o malos, amables o toscos, de todos modos manifestaremos la semejanza de nuestro yo....Necesitamos ser conformados por medio de la transformación en la misma imagen del Hijo de Dios (2 Co. 3:18).
El resultado de que seamos salvos en la vida divina de Cristo es la transfiguración, en virtud de la vida divina, de nuestro cuerpo de humillación (Ro. 8:30c; Fil. 3:21; Ro. 8:11)....Cuando el Espíritu que mora en nosotros nos sature completamente, nuestro cuerpo será redimido.
Romanos 10 revela la manera de disfrutar la salvación que trae la vida. Los versículos 12 y 13 nos dicen que el Señor es rico para con todos los que le invocan y que todo aquel que invoque el nombre del señor, será salvo. Cuando invocamos el nombre del Señor , somos salvos en Su vida. cuando le invocamos, disfrutamos la salvación que la vida trae. Que el señor tenga misericordia de nosotros para que disfrutemos Su vida salvadora día tras día. Es triste el poco conocimiento que hay entre los cristianos sobre este asunto tan primordial.
Después de ser salvos de la condenación de Dios y del lago de fuego, primero necesitamos ser salvos de la ley del pecado. La ley del pecado es el poder dominante del pecado. Romanos 8:2 dice que la ley del Espíritu de vida nos libra de la ley del pecado. La carne es la segunda cosa de la cual necesitamos ser salvos. La muerte espiritual es la tercera cosa negativa de la cual necesitamos ser salvos. La muerte incluye todo lo negativo. Es menester que seamos salvos de la ley del pecado, de la carne y de la muerte.
La muerte siempre acompaña al pecado; es el producto del pecado. El pecado es la causa y la muerte espiritual es el efecto. Cuando tenemos el pecado, allí está la muerte. La muerte es la falta de capacidad para cumplir los requisitos de Dios según la norma divina. Por supuesto en nuestro hombre natural no mora el Bien (Ro.7), lo que nos impide cumplir los requisitos de Dios. Necesitamos ser salvos en Su vida. Necesitamos Su vida para que podamos ser vivientes, llenos de Su espíritu para cumplir Sus requisitos. Esto es tomar a Cristo como nuestra vida (Ga. 2:20 Fil. 1:21), nuestra persona, nuestra cabeza (Ef.1:22-23) nuestro todo. Debemos dar a nuestro querido Señor Jesús la preeminencia en todas las cosas, para que no vivamos en nosotros mismo. Cristo debe ser nuestro vivir las veinticuatro horas del día (He. 7:25).
Ser salvos en Su vida no tiene que ver solamente con ser justificados, ser perdonados por Dios y ser salvos del lago
de fuego. necesitamos ser salvos de la falta de capacidad para glorificarle, agradarle y cumplir Sus requisitos. Necesitamos Su vida. Esta es la vida que tiene el poder de la resurrección. La vida que recibimos de Dios por medio de Cristo es una vida de resurrección. Esta vida ha sido probada al morir y al pasar al pasar por la muerte. Cristo es la resurrección y la vida (Jn. 11:25). Debido a que Cristo es la resurrección, era imposible que El fuese retenido por la muerte (Hch. 2:24). Si tenemos al Hijo, tenemos la vida. Si no tenemos al Hijo , no tenemos la vida (Jn.3:16). Debido a que recibimos al Hijo, podemos declarar que tenemos la vida (Col.3:4a). por medio de esta vida es que somos transformados de gloria en gloria a Su misma imagen.
En Filipenses 3:10a Pablo dijo que quería conocer el poder de la resurrección del Señor. Este poder es Su vida de resurrección, la cual lo resucitó de entre los muertos (Ef. 1:19-20). Necesitamos conocer y experimentar el poder de esta
vida del señor para ser salvos en Su vida.
Que Dios nos bendiga a todos nosotros y nos guarde en Su corazón para Su mayor gloria
En Cristo, José Luis Bruña
viernes, 15 de noviembre de 2013
martes, 5 de noviembre de 2013
Vida Divina
VIDA DIVINA (Jn. 5:26; Ro. 8:11)
La vida divina puede considerarse el primer y más básico
atributo de Dios. Aunque la palabra vida se usa muchas veces en el Nuevo
Testamento, la frase "la vida de Dios" aparece sólo una vez. Efesios 4:18 es
el único versículo que nos habla acerca de la vida de Dios: "Teniendo el
entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que
en ellos hay, por la dureza de su corazón". La vida de Dios es eterna e
increada. El hombre no recibió esta vida en el momento en que fue creado.
Después de ser creado, el hombre con la vida humana creada fue puesto frente
al árbol de la vida (Gn. 2:8-9) a fin de recibir la vida divina e increada.
Sin embargo, el hombre cayó en la vanidad de su mente y su entendimiento fue
entenebrecido. En esta condición caida el hombre no puede contactar la vida
de Dios hasta que se arrepienta (hasta que su mente se vuelve a Dios) y cree
en el Señor Jesús para recibir la vida eterna de Dios (Hch. 11:18; Jn. 3:16).
De hecho, en todo el universo sólo la vida de Dios puede
considerarse como vida. En 1 Juan 5:12 dice: "El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida". A los ojos de Dios
únicamente Su vida es vida. La vida humana sólo es una sombra de la vida de
Dios. Por esta razón, cuando la vida de Dios se menciona en el Nuevo
Testamento, se habla de ella como si fuese la única vida (Jn. 1:4; 10:10;
11:25; 14:6).
Todas las demás clases de vida que existen en el universo son
mortales y variables. Únicamente la vida de Dios es divina y eterna, inmortal
e inmutable. Por lo tanto desde la perspectiva de la eternidad, únicamente la
vida de Dios es vida.
Esta vida dentro de nosotros es lo que Dios es. Ahora en esta
vida Dios llega a ser nuestro todo y es nuestro todo; es en esta vida que
Dios llega a ser nuestro Dios. En Cristo esta vida es la plenitud de la
Deidad y el contenido de Dios mismo (Cristo Jesús es Dios hecho hombre
mediante la encarnación). Por ser la vida el fluir de Dios así como el
contenido de Dios, la vida es Dios mismo (la vida divina).
Hablando con propiedad, cuando recibimos la vida, no sólo
recibimos la vida de Dios, sino a Dios como vida. Dios no solamente nos dio
Su vida; Él mismo vino para ser nuestra vida (Jn.1:12-13). Por ser Dios mismo
la vida, Su vida es Su mismo ser.
Pablo dice en Gálatas 2:20a: "Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí". Esto muestra que la
vida es Cristo que vive en nosotros (1 Jn. 5:11-13).... La vida no es una
actividad. La vida es absolutamente Cristo mismo. Debemos recalcar este
hecho a lo sumo.....Nada puede reemplazar la vida de nuestro querido Señor.
La vida es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la realidad
de Cristo (Jn. 14:16-17; 1 Co. 15:45) El Hijo es la corporificación del
Padre, y el Espíritu es la realidad del Hijo. Romanos 8:2a usa la expresión
"Espíritu de vida", y 2 Corintios 3:6b dice que el Espíritu da vida. Por lo
tanto, el Espíritu Santo hoy es el Espíritu de vida, quien nos da vida.
Debemos recalcar que en el Nuevo Testamento el Espíritu tiene dos aspectos.
Por un lado, Él es el Espíritu de poder y, por otro, Él es el Espíritu de
vida.
Santos, es hermoso y muy disfrutable experimentar esta
realidad. Cuando abrimos nuestro corazón al Señor Jesús como nuestro amado
Salvador, la vida del Dios Triuno (la Trinidad Divina) se imparte en nosotros
y vive en nosotros. El Padre es la fuente, el origen, el Hijo es el cauce, y
el Espíritu es el fluir. Hermanos, el Dios Triuno se imparte en nosotros en
Su Trinidad Divina y ahora vive en nosotros. Somos sus muchos hijos (Jn.
1:12-13); los muchos hermanos del Primogénito Hijo de Dios, nuestro querido
Señor Jesús en resurrección.
LA INTENCIÓN DE DIOS ES EDIFICAR SU IGLESIA,
LA CUAL ES SU CUERPO, DÁNDONOS A COMER DEL
ÁRBOL DEL LA VIDA (Gn. 2: 8-9; Ap. 22 :14)
Jeremías 2:13 dice: "Dos males ha hecho Mi pueblo: / me
dejaron a Mí, / fuente de agua viva, / y cavaron para sí cisternas, /
cisternas rotas que no retienen el agua". La intención de Dios en Su economía
(Su beneplácito, Su buen deseo) es ser la fuente, el origen, del agua viva
que satisface a Su pueblo escogido y en la cual ellos pueden deleitarse.....
a fin de edificar la iglesia, Su cuerpo, Su novia, Su esposa, para que esta
sea la plenitud de Dios con miras a Su expresión (Ef. 1 :22-23). Éste es el
deseo del corazón de Dios, el beneplácito,( Ef. 1:5, 9) de Dios en Su
economía. Dicho pensamiento es desarrollado plenamente en el Nuevo
Testamento, pero su semilla fue sembrada en Jeremías 2:13.
Nada puede reemplazar el nuevo pacto ni compararse con él.
Confucio y Sócrates eran buenos, pero eran humanos con naturaleza caida; no
pudieron introducirse en sus seguidores como vida. Sólo Jesucristo, la
corporificación de Dios (Dios encarnado), puede hacer esto. a Través de los
siglos, Él ha infundido Su vida en millones de personas. Nosotros, los
creyentes, hemos recibido Su vida eterna. Esto lo indica claramente Juan
3:16. Al creer en Cristo, hemos recibido la vida eterna, la vida divina. Esta
vida es la centralidad y la universalidad de nuestra vida cristiana. Esta
vida no es nada menos que Cristo mismo, y Cristo es Dios mismo. Debido a que
tenemos a Dios dentro de nosotros, en nuestro espíritu (1 Ts. 5 : 23) como
vida, podemos conocerle, entenderle, vivirle (Ga. 2:20; Fil. 1:21) y ser
constituidos de Él.
La intención original de Dios era que el hombre comiera del
árbol de la vida (Gn. 2:9, 16). A causa de la caída, el camino al árbol de la
vida le fue cerrado al hombre (Gn. 3:22-23). Mediante la redención efectuada
por Cristo, el camino por el cual el hombre puede llagar al árbol de la vida,
que es Dios mismo en Cristo como vida para el hombre, fue abierto de nuevo
(He. 1O:19-20). Pero en la degradación de la iglesia, la religión ( la
religión es inventada por el hombre; Dios no es ninguna religión, es una
Persona viva) se infiltró con su conocimiento, sin vida, para distraer a los
creyentes y apartarles de comer a Cristo (Jn.6: 35, 41, 48, 50-58), el árbol
de la vida. Así que, el Señor les prometió a los vencedores que, como
recompensa, les daría a comer de Sí mismo, el árbol de la vida (Ap. 2:7), en
el paraiso de Dios. Esto les motiva a abandonar la religión para tomarle como
vida y para disfrutarle nuevamente (2 Co. 3:6).
Necesitamos una visión, una revelación como Pedro (Mt. 16:17-
18) para poder ver que toda la Biblia nos presenta un cuadro mostrándonos que
Dios es el árbol de la vida a fin de ser nuestro alimento (Jn. 6: 41, 48-51,
53-58, 63). Es por esto que el árbol de la vida está al principio y al final
de la Biblia (Gn.2:9; Ap. 22:2, 14). Debemos aprender a disfrutar al Señor
comiéndole. Comer al Señor nos volverá del atrio al Lugar Santo; del alma al
espíritu (1 Ts.5:23). Al comerle seremos transformados en materiales
preciosos para ser edificados con otros para el edificio de Dios (1 P. 2:5),
Su cuerpo, Su novia, Su esposa, el nuevo hombre, Su expresión, Su morada por
toda la eternidad. Entonces habrá una casa (1 Ti. 3:15), un templo, para el
descanso del Señor, y en este templo disfrutaremos al Señor de manera plena.
Así que, el propósito de Dios se cumplirá. Todos debemos aprender a comer al
Señor, a disfrutarle para ser constituidos con su vida.
Es muy importante recordar que la iglesia no es un edificio de
ladrillo ni una organización; la iglesia es un organismo vivo, es el Cuerpo
de Cristo compuesto de todos los redimidos por el Señor que Le contienen como
vida (Ef. 1 :22-23) y viven por Su vida (Ga. 2:20; Fil. 1:21).
EL ÁRBOL DE LA
VIDA, CRISTO MISMO, ES LA FIGURA CENTRAL DEL UNIVERSO
(Ap. 22 :2; Jn. 15 :1)
Vemos que Dios creó al hombre a Su imagen y conforme a Su
semejanza con el propósito de que este le recibiera como vida y le expresara
en todos Sus atributos. Génesis 2 :9 dice: "E hizo Jehová Dios brotar de la
tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer, y también el árbol
de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del
mal". Aquí el árbol de la vida no es un tipo, sino una figura que representa
a Dios en Cristo como nuestra vida. En Génesis Él se vale de una figura-el
árbol de la vida- a fin de darnos a entender cual es Su deseo. El árbol de la
vida representa al Dios Triuno quien en Cristo, se imparte a Su pueblo
escogido como su vida generadora. En Génesis 2 vemos esta figura, y en el
Nuevo Testamento tenemos el cumplimiento de la misma.
El árbol de la vida es la figura central del
universo.....Nada es más central y crucial, tanto para Dios como para el
hombre, que el árbol de la vida. El árbol de la vida en el huerto era un
indicador de que Dios desea ser nuestra vida, presentándose a nosotros en
forma de alimento.
El árbol del conocimiento del bien y del mal tipifica a
Satanás quien es la fuente del pecado y del mal. El conocimiento, el bien y
el mal, los cuales provienen del árbol del conocimiento del bien y del mal,
estan en contraste con la vida del árbol de la vida. La vida depende de Dios,
mientras que el conocimiento, el bien y el mal son independientes de Dios..
Además, el árbol del conocimiento del bien y del mal trae muerte, lo cual
significa que la muerte proviene de Satanás. Finalmente, esta muerte vendrá a
ser la segunda muerte de aquellos que cometen pecados, esto es, la muerte
eterna de todo su ser--espíritu, alma y cuerpo--(1 Ts. 5:23)......." mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de el
comieres, ciertamente morirás"...Genesis 2:17.
La meta de Dios es la vida. Esta vida, representada por el
árbol de la vida, es Dios mismo en Cristo como el Espíritu. La manera en que
obra el enemigo, Satanás, la serpiente, es alejar a las personas de esta
vida. Su objetivo es llevarlos al conocimiento, al bien y al mal, cuyo
resultado es la muerte. La muerte consiste en estar separados del disfrute de
Dios.
Por siglos, la astuta serpiente ha usado las enseñanzas para
evitar que los escogidos de Dios disfruten a Dios como vida. En general,
estas enseñanzas estan relaccionadas con el conocimiento, con el bien y el
mal. El resultado de dichas enseñanzas es que ellas nos separan de Dios.
Cuando hablamos del conocimiento, por supuesto, no nos referimos a la
formación humana: el colegio, la universidad, el trabajo etc.; nos referimos
a toda enseñanza que nos distraiga del disfrute de Dios y, de darle toda la
preeminencia en todas las cosas en nuestra vida; muy especialmente a las
enseñanzas doctrinales que en lugar de llevarnos a Cristo nos distraen en sí
mismas, haciendo de ellas el fundamente de nuestra vida cristiana. La sana
doctrina debe llevarnos a Cristo y no hacer de ella una ley, una división.
Cuando damos énfasis a las doctrinas, el resultado es división. Segun sea la
doctrina que tomo como fundamento, asi, será el nombre con el que me
denominaré. Los nombres denotan diferentes características. Nunca debemos
pararnos en las doctrinas; estas deben llevarnos a Cristo como nuestro árbol
de la vida. Solo hay un árbol de la vida y, de este árbol de la vida todos
los creyentes debemos comer.
DIOS COMO
NUESTRA VIDA EDIFICA; SATANÁS COMO LA MUERTE DESTRUYE.
2 Co. 11:3; Ro. 8 :6
La mejor manera de discernir un asunto es discernirlo
conforme a la vida o a la muerte. Mientras que la enseñanza o la predicación
de una persona nos robe el disfrute del Señor como nuestro suministro de
vida, esa enseñanza es de la serpiente. El ministerio genuino del Señor, por
su parte, siempre nos fortalece en el disfrute que tenemos de Él como nuestro
suministro de vida. Recuerde este principio de discernir conforme a la vida y
la muerte. Todo lo que nos prive del disfrute del Señor proviene de la
serpiente. Pero todo lo que haga aumentar el disfrute que tenemos del Señor,
es del Espíritu y del ministerio neotestamentario.
El asunto principal que se halla implícito en Romanos 8:6 es
el sentir de vida. Poner la mente en el espíritu (Jn. 4:23-24) es vida y paz.
Esto es algo que uno siente y de lo cual uno está consciente. Esta percepción
interior es el sentir de vida. Su función no es sólo guiarnos, sino también
gobernarnos, controlarnos y dirigirnos. El sentir de muerte y el sentir de
vida y paz son los dos aspectos de lo que significa el sentir de vida. La
vida divina es el primer elemento de la fuente del sentir de vida. Según
Efesios 4 :18-19, los incrédulos perdieron toda sensibilidad por ser ajenos a
la vida de Dios.. Si somos uno con la vida de Dios, tendremos el sentir más
rico, más intenso y más agudo. Somos uno con el sentir de vida cuando tocamos
el Espíritu de la Palabra (la Biblia) con nuestro espíritu; porque la letra
mata más el espíritu vivifica (Ro. 3:6). Nunca debemos ir a la Palabra
únicamente con nuestra mente en busca de conocimiento. Debemos tocar el
corazón del Señor Jesús buscando el Espíritu de la Palabra (Jn. 6:63).
La ley de vida es la capacidad innata y función de vida (Ro.
8:11; He. 8:10), y es el otro elemento de la fuente del sentir de vida.
Puesto que esta ley de vida opera en nosotros, ciertamente produce en
nosotros cierta sensación; por eso constituye otro elemento que da origen al
sertir de vida. Romanos 8:2 habla de la ley del Espíritu de vida, y Hebreos
8:10 dice que esta ley ha sido escrita en nuestros corazones. Esta ley de
vida es la Trinidad Divina corporificada en Cristo Jesús como el Espíritu
vivificante en resurrección (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; 1 Co. 6:17) para
dispensarse dentro de nosotros en nuestro espíritu (1 Ts. 5:23).
LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA
Ro. 8 :1-2
La vida es el contenido del Espíritu, y el Espíritu es la
manifestación consumada y final del Dios Triuno después de pasar a través de
la encarnación, la crucifixión y la resurrección y de llegar a ser el
Espíritu vivificante (1 Co. 15:45) que mora en todos los creyentes (1 Co.
3:16) y que es vida para ellos en Cristo. La ley que nos ha librado de la ley
del pecado--la cual pertenece a Satanás, quien mora en los miembros de
nuestro cuerpo caido (Ro. 7:23, 17)--pertenece al Espíritu de vida.
La ley del Espíritu de vida vino a ser la vida en nuestro
espíritu por medio de la regeneración (Jn. 1:12-13). Luego, desde nuestro
espíritu satura nuestra mente para la transformación de nuestra alma, a la
cual pertenece nuestra mente, y llega a ser la vida en nuestra alma, nuestro
yo (V. 6). Con el tiempo impregnará nuestro cuerpo (v. 11), finalmente dando
por resultado la transfiguración de nuestro cuerpo (Fil.3:21), es decir la
redención del mismo (V. 23).
La función principal del Dios Triuno al morar en nuestro
espíritu como ley del Espíritu de vida es librarnos completamente de Satanás,
quien mora en nuestra naturaleza caida como ley del pecado y de la muerte
(Ro. 7:23-25).
YO
SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
Jn. 11 :25; Mt. 16 :18)
En Juan 11:25 nuestro amado Señor Jesús dijo de Sí mismo:
"Yo soy la resurrección y la vida". Cristo como la resurrección fue probado
por la muerte y conquistó la muerte, y Cristo como la vida permanece
inmutable y perdura para siempre.......En 2 Timoteo 1:10b.....dice: "Nuestro
Salvador Cristo Jesús....anuló la muerte y sacó a luz la vida y la
incorrupción por medio del evangelio". Cristo anuló la muerte, dejándola sin
efecto, mediante Su muerte, con la cual destruyó al diablo (He. 2:14) y por
medio de Su resurrección, que sorbe la muerte (1 Co. 15:52-54). La vida
mencionada en 2 Timoteo 1:10 denota la vida eterna de Dios, la cual es dada a
todos los creyentes en Cristo y la cual es también el elemento principal de
la graccia divina que nos fue dada (Ro. 5:17, 21).
Después de referirse a Sí mismo como la resurrección y la
vida, Jesús dijo: "El que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo
aquel que viene y cree en Mí, no morirá eternamente" (Jn. 11:25-26). Esto
significa que nosotros podemos disfrutar a Cristo como la resurrección y la
vida creyendo en Él, es decir, recibiéndolo en nuestro espíritu como nuestro
Salvador, a fin de tener una unión orgánica con Él (1 Co. 6:17, 19).
Todos los que hemos recibido a Cristo Jesús como nuestro
Salvador participamos de Su vida eterna. Esta vida se esta constituyendo en
nosotros a través de: La regeneración, la santificación, la renovación, la
transformación, la conformación a su imagen e incluso la glorificación (Mt.
19:28; Tit. 3:5; Ro. 6:19, 22; Ro. 12:2; 1 Co. 15:51; 2 Co. 3:18;Fil.3:21;
Ro. 8:17, 30; Ga. 4:19; 1 Ts. 5:23).
La iglesia, como Cuerpo de cristo, no necesita buenas
doctrinas ni una buena teología ni maravillosas explicaciones. Lo que la
iglesia necesita es la vida, la vida de resurrección de Cristo. Únicamente la
vida de Cristo y aquello que procede de ella podrá prevalecer contra las
puertas del Hades. Cuando no vivimos por nuestra vida natural, sino por la
vida divina que está en nosotros (Gá.2:20; Fil.1:21), entonces estamos en
resurrección. El resultado es el Cuerpo de Cristo. La realidad de la vida
divina que está en nosotros es la resurrección, la cual es Cristo, el
Espíritu todo inclusivo, La Trinidad Divina. La única razón por la cual la
muerte no puede prevalecer sobre la iglesia es que ella está edificada sobre
Cristo, la Roca, la única Piedra Angular y el único fundamento. Quiera el
Señor tener misericordia de nosotros y nos guarde de tocar la muerte o de
traer muerte a la iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Que Dios nos bendiga a todos nosotros, a nuestras familias
y a los hermanos con los que nos reunimos. Que nuestro querido Señor Jesús
nos de un espíritu de sabiduría y de revelación para conocer el deseo que hay
en Su corazón: Cristo y la Iglesia (Ef. 1:17-23; 3 :14-21), como pidió Pablo
a través de estas dos oraciones.
En Cristo Jesús, José Luis Bruña.
La vida divina puede considerarse el primer y más básico
atributo de Dios. Aunque la palabra vida se usa muchas veces en el Nuevo
Testamento, la frase "la vida de Dios" aparece sólo una vez. Efesios 4:18 es
el único versículo que nos habla acerca de la vida de Dios: "Teniendo el
entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que
en ellos hay, por la dureza de su corazón". La vida de Dios es eterna e
increada. El hombre no recibió esta vida en el momento en que fue creado.
Después de ser creado, el hombre con la vida humana creada fue puesto frente
al árbol de la vida (Gn. 2:8-9) a fin de recibir la vida divina e increada.
Sin embargo, el hombre cayó en la vanidad de su mente y su entendimiento fue
entenebrecido. En esta condición caida el hombre no puede contactar la vida
de Dios hasta que se arrepienta (hasta que su mente se vuelve a Dios) y cree
en el Señor Jesús para recibir la vida eterna de Dios (Hch. 11:18; Jn. 3:16).
De hecho, en todo el universo sólo la vida de Dios puede
considerarse como vida. En 1 Juan 5:12 dice: "El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida". A los ojos de Dios
únicamente Su vida es vida. La vida humana sólo es una sombra de la vida de
Dios. Por esta razón, cuando la vida de Dios se menciona en el Nuevo
Testamento, se habla de ella como si fuese la única vida (Jn. 1:4; 10:10;
11:25; 14:6).
Todas las demás clases de vida que existen en el universo son
mortales y variables. Únicamente la vida de Dios es divina y eterna, inmortal
e inmutable. Por lo tanto desde la perspectiva de la eternidad, únicamente la
vida de Dios es vida.
Esta vida dentro de nosotros es lo que Dios es. Ahora en esta
vida Dios llega a ser nuestro todo y es nuestro todo; es en esta vida que
Dios llega a ser nuestro Dios. En Cristo esta vida es la plenitud de la
Deidad y el contenido de Dios mismo (Cristo Jesús es Dios hecho hombre
mediante la encarnación). Por ser la vida el fluir de Dios así como el
contenido de Dios, la vida es Dios mismo (la vida divina).
Hablando con propiedad, cuando recibimos la vida, no sólo
recibimos la vida de Dios, sino a Dios como vida. Dios no solamente nos dio
Su vida; Él mismo vino para ser nuestra vida (Jn.1:12-13). Por ser Dios mismo
la vida, Su vida es Su mismo ser.
Pablo dice en Gálatas 2:20a: "Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí". Esto muestra que la
vida es Cristo que vive en nosotros (1 Jn. 5:11-13).... La vida no es una
actividad. La vida es absolutamente Cristo mismo. Debemos recalcar este
hecho a lo sumo.....Nada puede reemplazar la vida de nuestro querido Señor.
La vida es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la realidad
de Cristo (Jn. 14:16-17; 1 Co. 15:45) El Hijo es la corporificación del
Padre, y el Espíritu es la realidad del Hijo. Romanos 8:2a usa la expresión
"Espíritu de vida", y 2 Corintios 3:6b dice que el Espíritu da vida. Por lo
tanto, el Espíritu Santo hoy es el Espíritu de vida, quien nos da vida.
Debemos recalcar que en el Nuevo Testamento el Espíritu tiene dos aspectos.
Por un lado, Él es el Espíritu de poder y, por otro, Él es el Espíritu de
vida.
Santos, es hermoso y muy disfrutable experimentar esta
realidad. Cuando abrimos nuestro corazón al Señor Jesús como nuestro amado
Salvador, la vida del Dios Triuno (la Trinidad Divina) se imparte en nosotros
y vive en nosotros. El Padre es la fuente, el origen, el Hijo es el cauce, y
el Espíritu es el fluir. Hermanos, el Dios Triuno se imparte en nosotros en
Su Trinidad Divina y ahora vive en nosotros. Somos sus muchos hijos (Jn.
1:12-13); los muchos hermanos del Primogénito Hijo de Dios, nuestro querido
Señor Jesús en resurrección.
LA INTENCIÓN DE DIOS ES EDIFICAR SU IGLESIA,
LA CUAL ES SU CUERPO, DÁNDONOS A COMER DEL
ÁRBOL DEL LA VIDA (Gn. 2: 8-9; Ap. 22 :14)
Jeremías 2:13 dice: "Dos males ha hecho Mi pueblo: / me
dejaron a Mí, / fuente de agua viva, / y cavaron para sí cisternas, /
cisternas rotas que no retienen el agua". La intención de Dios en Su economía
(Su beneplácito, Su buen deseo) es ser la fuente, el origen, del agua viva
que satisface a Su pueblo escogido y en la cual ellos pueden deleitarse.....
a fin de edificar la iglesia, Su cuerpo, Su novia, Su esposa, para que esta
sea la plenitud de Dios con miras a Su expresión (Ef. 1 :22-23). Éste es el
deseo del corazón de Dios, el beneplácito,( Ef. 1:5, 9) de Dios en Su
economía. Dicho pensamiento es desarrollado plenamente en el Nuevo
Testamento, pero su semilla fue sembrada en Jeremías 2:13.
Nada puede reemplazar el nuevo pacto ni compararse con él.
Confucio y Sócrates eran buenos, pero eran humanos con naturaleza caida; no
pudieron introducirse en sus seguidores como vida. Sólo Jesucristo, la
corporificación de Dios (Dios encarnado), puede hacer esto. a Través de los
siglos, Él ha infundido Su vida en millones de personas. Nosotros, los
creyentes, hemos recibido Su vida eterna. Esto lo indica claramente Juan
3:16. Al creer en Cristo, hemos recibido la vida eterna, la vida divina. Esta
vida es la centralidad y la universalidad de nuestra vida cristiana. Esta
vida no es nada menos que Cristo mismo, y Cristo es Dios mismo. Debido a que
tenemos a Dios dentro de nosotros, en nuestro espíritu (1 Ts. 5 : 23) como
vida, podemos conocerle, entenderle, vivirle (Ga. 2:20; Fil. 1:21) y ser
constituidos de Él.
La intención original de Dios era que el hombre comiera del
árbol de la vida (Gn. 2:9, 16). A causa de la caída, el camino al árbol de la
vida le fue cerrado al hombre (Gn. 3:22-23). Mediante la redención efectuada
por Cristo, el camino por el cual el hombre puede llagar al árbol de la vida,
que es Dios mismo en Cristo como vida para el hombre, fue abierto de nuevo
(He. 1O:19-20). Pero en la degradación de la iglesia, la religión ( la
religión es inventada por el hombre; Dios no es ninguna religión, es una
Persona viva) se infiltró con su conocimiento, sin vida, para distraer a los
creyentes y apartarles de comer a Cristo (Jn.6: 35, 41, 48, 50-58), el árbol
de la vida. Así que, el Señor les prometió a los vencedores que, como
recompensa, les daría a comer de Sí mismo, el árbol de la vida (Ap. 2:7), en
el paraiso de Dios. Esto les motiva a abandonar la religión para tomarle como
vida y para disfrutarle nuevamente (2 Co. 3:6).
Necesitamos una visión, una revelación como Pedro (Mt. 16:17-
18) para poder ver que toda la Biblia nos presenta un cuadro mostrándonos que
Dios es el árbol de la vida a fin de ser nuestro alimento (Jn. 6: 41, 48-51,
53-58, 63). Es por esto que el árbol de la vida está al principio y al final
de la Biblia (Gn.2:9; Ap. 22:2, 14). Debemos aprender a disfrutar al Señor
comiéndole. Comer al Señor nos volverá del atrio al Lugar Santo; del alma al
espíritu (1 Ts.5:23). Al comerle seremos transformados en materiales
preciosos para ser edificados con otros para el edificio de Dios (1 P. 2:5),
Su cuerpo, Su novia, Su esposa, el nuevo hombre, Su expresión, Su morada por
toda la eternidad. Entonces habrá una casa (1 Ti. 3:15), un templo, para el
descanso del Señor, y en este templo disfrutaremos al Señor de manera plena.
Así que, el propósito de Dios se cumplirá. Todos debemos aprender a comer al
Señor, a disfrutarle para ser constituidos con su vida.
Es muy importante recordar que la iglesia no es un edificio de
ladrillo ni una organización; la iglesia es un organismo vivo, es el Cuerpo
de Cristo compuesto de todos los redimidos por el Señor que Le contienen como
vida (Ef. 1 :22-23) y viven por Su vida (Ga. 2:20; Fil. 1:21).
EL ÁRBOL DE LA
VIDA, CRISTO MISMO, ES LA FIGURA CENTRAL DEL UNIVERSO
(Ap. 22 :2; Jn. 15 :1)
Vemos que Dios creó al hombre a Su imagen y conforme a Su
semejanza con el propósito de que este le recibiera como vida y le expresara
en todos Sus atributos. Génesis 2 :9 dice: "E hizo Jehová Dios brotar de la
tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer, y también el árbol
de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del
mal". Aquí el árbol de la vida no es un tipo, sino una figura que representa
a Dios en Cristo como nuestra vida. En Génesis Él se vale de una figura-el
árbol de la vida- a fin de darnos a entender cual es Su deseo. El árbol de la
vida representa al Dios Triuno quien en Cristo, se imparte a Su pueblo
escogido como su vida generadora. En Génesis 2 vemos esta figura, y en el
Nuevo Testamento tenemos el cumplimiento de la misma.
El árbol de la vida es la figura central del
universo.....Nada es más central y crucial, tanto para Dios como para el
hombre, que el árbol de la vida. El árbol de la vida en el huerto era un
indicador de que Dios desea ser nuestra vida, presentándose a nosotros en
forma de alimento.
El árbol del conocimiento del bien y del mal tipifica a
Satanás quien es la fuente del pecado y del mal. El conocimiento, el bien y
el mal, los cuales provienen del árbol del conocimiento del bien y del mal,
estan en contraste con la vida del árbol de la vida. La vida depende de Dios,
mientras que el conocimiento, el bien y el mal son independientes de Dios..
Además, el árbol del conocimiento del bien y del mal trae muerte, lo cual
significa que la muerte proviene de Satanás. Finalmente, esta muerte vendrá a
ser la segunda muerte de aquellos que cometen pecados, esto es, la muerte
eterna de todo su ser--espíritu, alma y cuerpo--(1 Ts. 5:23)......." mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de el
comieres, ciertamente morirás"...Genesis 2:17.
La meta de Dios es la vida. Esta vida, representada por el
árbol de la vida, es Dios mismo en Cristo como el Espíritu. La manera en que
obra el enemigo, Satanás, la serpiente, es alejar a las personas de esta
vida. Su objetivo es llevarlos al conocimiento, al bien y al mal, cuyo
resultado es la muerte. La muerte consiste en estar separados del disfrute de
Dios.
Por siglos, la astuta serpiente ha usado las enseñanzas para
evitar que los escogidos de Dios disfruten a Dios como vida. En general,
estas enseñanzas estan relaccionadas con el conocimiento, con el bien y el
mal. El resultado de dichas enseñanzas es que ellas nos separan de Dios.
Cuando hablamos del conocimiento, por supuesto, no nos referimos a la
formación humana: el colegio, la universidad, el trabajo etc.; nos referimos
a toda enseñanza que nos distraiga del disfrute de Dios y, de darle toda la
preeminencia en todas las cosas en nuestra vida; muy especialmente a las
enseñanzas doctrinales que en lugar de llevarnos a Cristo nos distraen en sí
mismas, haciendo de ellas el fundamente de nuestra vida cristiana. La sana
doctrina debe llevarnos a Cristo y no hacer de ella una ley, una división.
Cuando damos énfasis a las doctrinas, el resultado es división. Segun sea la
doctrina que tomo como fundamento, asi, será el nombre con el que me
denominaré. Los nombres denotan diferentes características. Nunca debemos
pararnos en las doctrinas; estas deben llevarnos a Cristo como nuestro árbol
de la vida. Solo hay un árbol de la vida y, de este árbol de la vida todos
los creyentes debemos comer.
DIOS COMO
NUESTRA VIDA EDIFICA; SATANÁS COMO LA MUERTE DESTRUYE.
2 Co. 11:3; Ro. 8 :6
La mejor manera de discernir un asunto es discernirlo
conforme a la vida o a la muerte. Mientras que la enseñanza o la predicación
de una persona nos robe el disfrute del Señor como nuestro suministro de
vida, esa enseñanza es de la serpiente. El ministerio genuino del Señor, por
su parte, siempre nos fortalece en el disfrute que tenemos de Él como nuestro
suministro de vida. Recuerde este principio de discernir conforme a la vida y
la muerte. Todo lo que nos prive del disfrute del Señor proviene de la
serpiente. Pero todo lo que haga aumentar el disfrute que tenemos del Señor,
es del Espíritu y del ministerio neotestamentario.
El asunto principal que se halla implícito en Romanos 8:6 es
el sentir de vida. Poner la mente en el espíritu (Jn. 4:23-24) es vida y paz.
Esto es algo que uno siente y de lo cual uno está consciente. Esta percepción
interior es el sentir de vida. Su función no es sólo guiarnos, sino también
gobernarnos, controlarnos y dirigirnos. El sentir de muerte y el sentir de
vida y paz son los dos aspectos de lo que significa el sentir de vida. La
vida divina es el primer elemento de la fuente del sentir de vida. Según
Efesios 4 :18-19, los incrédulos perdieron toda sensibilidad por ser ajenos a
la vida de Dios.. Si somos uno con la vida de Dios, tendremos el sentir más
rico, más intenso y más agudo. Somos uno con el sentir de vida cuando tocamos
el Espíritu de la Palabra (la Biblia) con nuestro espíritu; porque la letra
mata más el espíritu vivifica (Ro. 3:6). Nunca debemos ir a la Palabra
únicamente con nuestra mente en busca de conocimiento. Debemos tocar el
corazón del Señor Jesús buscando el Espíritu de la Palabra (Jn. 6:63).
La ley de vida es la capacidad innata y función de vida (Ro.
8:11; He. 8:10), y es el otro elemento de la fuente del sentir de vida.
Puesto que esta ley de vida opera en nosotros, ciertamente produce en
nosotros cierta sensación; por eso constituye otro elemento que da origen al
sertir de vida. Romanos 8:2 habla de la ley del Espíritu de vida, y Hebreos
8:10 dice que esta ley ha sido escrita en nuestros corazones. Esta ley de
vida es la Trinidad Divina corporificada en Cristo Jesús como el Espíritu
vivificante en resurrección (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; 1 Co. 6:17) para
dispensarse dentro de nosotros en nuestro espíritu (1 Ts. 5:23).
LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA
Ro. 8 :1-2
La vida es el contenido del Espíritu, y el Espíritu es la
manifestación consumada y final del Dios Triuno después de pasar a través de
la encarnación, la crucifixión y la resurrección y de llegar a ser el
Espíritu vivificante (1 Co. 15:45) que mora en todos los creyentes (1 Co.
3:16) y que es vida para ellos en Cristo. La ley que nos ha librado de la ley
del pecado--la cual pertenece a Satanás, quien mora en los miembros de
nuestro cuerpo caido (Ro. 7:23, 17)--pertenece al Espíritu de vida.
La ley del Espíritu de vida vino a ser la vida en nuestro
espíritu por medio de la regeneración (Jn. 1:12-13). Luego, desde nuestro
espíritu satura nuestra mente para la transformación de nuestra alma, a la
cual pertenece nuestra mente, y llega a ser la vida en nuestra alma, nuestro
yo (V. 6). Con el tiempo impregnará nuestro cuerpo (v. 11), finalmente dando
por resultado la transfiguración de nuestro cuerpo (Fil.3:21), es decir la
redención del mismo (V. 23).
La función principal del Dios Triuno al morar en nuestro
espíritu como ley del Espíritu de vida es librarnos completamente de Satanás,
quien mora en nuestra naturaleza caida como ley del pecado y de la muerte
(Ro. 7:23-25).
YO
SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
Jn. 11 :25; Mt. 16 :18)
En Juan 11:25 nuestro amado Señor Jesús dijo de Sí mismo:
"Yo soy la resurrección y la vida". Cristo como la resurrección fue probado
por la muerte y conquistó la muerte, y Cristo como la vida permanece
inmutable y perdura para siempre.......En 2 Timoteo 1:10b.....dice: "Nuestro
Salvador Cristo Jesús....anuló la muerte y sacó a luz la vida y la
incorrupción por medio del evangelio". Cristo anuló la muerte, dejándola sin
efecto, mediante Su muerte, con la cual destruyó al diablo (He. 2:14) y por
medio de Su resurrección, que sorbe la muerte (1 Co. 15:52-54). La vida
mencionada en 2 Timoteo 1:10 denota la vida eterna de Dios, la cual es dada a
todos los creyentes en Cristo y la cual es también el elemento principal de
la graccia divina que nos fue dada (Ro. 5:17, 21).
Después de referirse a Sí mismo como la resurrección y la
vida, Jesús dijo: "El que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo
aquel que viene y cree en Mí, no morirá eternamente" (Jn. 11:25-26). Esto
significa que nosotros podemos disfrutar a Cristo como la resurrección y la
vida creyendo en Él, es decir, recibiéndolo en nuestro espíritu como nuestro
Salvador, a fin de tener una unión orgánica con Él (1 Co. 6:17, 19).
Todos los que hemos recibido a Cristo Jesús como nuestro
Salvador participamos de Su vida eterna. Esta vida se esta constituyendo en
nosotros a través de: La regeneración, la santificación, la renovación, la
transformación, la conformación a su imagen e incluso la glorificación (Mt.
19:28; Tit. 3:5; Ro. 6:19, 22; Ro. 12:2; 1 Co. 15:51; 2 Co. 3:18;Fil.3:21;
Ro. 8:17, 30; Ga. 4:19; 1 Ts. 5:23).
La iglesia, como Cuerpo de cristo, no necesita buenas
doctrinas ni una buena teología ni maravillosas explicaciones. Lo que la
iglesia necesita es la vida, la vida de resurrección de Cristo. Únicamente la
vida de Cristo y aquello que procede de ella podrá prevalecer contra las
puertas del Hades. Cuando no vivimos por nuestra vida natural, sino por la
vida divina que está en nosotros (Gá.2:20; Fil.1:21), entonces estamos en
resurrección. El resultado es el Cuerpo de Cristo. La realidad de la vida
divina que está en nosotros es la resurrección, la cual es Cristo, el
Espíritu todo inclusivo, La Trinidad Divina. La única razón por la cual la
muerte no puede prevalecer sobre la iglesia es que ella está edificada sobre
Cristo, la Roca, la única Piedra Angular y el único fundamento. Quiera el
Señor tener misericordia de nosotros y nos guarde de tocar la muerte o de
traer muerte a la iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Que Dios nos bendiga a todos nosotros, a nuestras familias
y a los hermanos con los que nos reunimos. Que nuestro querido Señor Jesús
nos de un espíritu de sabiduría y de revelación para conocer el deseo que hay
en Su corazón: Cristo y la Iglesia (Ef. 1:17-23; 3 :14-21), como pidió Pablo
a través de estas dos oraciones.
En Cristo Jesús, José Luis Bruña.
domingo, 27 de octubre de 2013
Obediencia
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, los muchos
serán constituidos justos (Ro. 5:19).
Aboliendo en Su carne la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre,
haciendo la paz (Ef. 2:15).
Hoy, la mayor parte de los creyentes conocemos muy bien Juan 1:1 y
3:16, pero desconocemos la profundidad de Efesios 2:15....Cuando la carne de
Cristo fue clavada, Cristo Jesús abolió la ley de los mandamientos expresados
en ordenanzas para crear en Sí mismo de los dos, judíos y gentiles, un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz.
ES MUY IMPORTANTE SABER QUE SOLO HAY
DOS HOMBRES EN EL UNIVERSO:
EL PRIMER, HOMBRE ADÁN, EL
SEGUNDO HOMBRE, CRISTO.
1 Corintios 15:47 dice " El primer hombre es de la tierra, terrenal;
el segundo hombre es del cielo". El primer Adán es el comienzo del viejo
hombre en la vieja creación; el postrer Adán (Cristo) es el final, el fin del
viejo hombre en la vieja creación y principio de la nueva creación. El primer
hombre, Adán incluye a todos sus descendientes, toda la humanidad, y el
segundo hombre, Cristo, abarca a todos Sus creyentes, la nueva creación.
Todos los creyentes fuimos incluidos por nacimiento en el primer hombre,
Adán, y por la regeneración hemos venido a formar parte del segundo hombre,
Cristo. Cuando creímos en Cristo Jesús, fuimos trasladados del primer hombre
al segundo. Ahora, en Cristo, nuestra naturaleza no es terrenal; nuestra
naturaleza es celestial (2 P. 2:4)
Necesitamos ver cuan importante y crucial es que Cristo Jesús
aboliera la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear de
los dos pueblo, Judíos y Gentiles, un solo y nuevo hombre. Somos muchos los
creyentes, mas un solo y nuevo hombre (Ef. 2:15). Esta es la revelación más
elevada en el libro de Efesios respecto a la iglesia. Cristo abolió las
ordenanzas, que separaban a ambos pueblos, en la cruz, a fin de producir una
nueva creación, el nuevo hombre, con la esencia divina (Jn. 1:12-13; 2
P.2:4), una nueva entidad, un nuevo hombre corporativo.
Necesitamos conocer apropiadamente el viejo hombre, si queremos ver
el nuevo hombre. Pablo nos dice que nos despojemos del viejo hombre, antes de
vestirnos del nuevo hombre (Ef. 4:22). Después de crear los cielos y la
tierra, Dios creó al hombre. Pocos han visto que el hombre creado por Dios no
fue individual sino que fue corporativo. Génesis 1:26 habla del hombre en
singular y en plural: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre (singular) a
Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza; y ejerzan (plural)
dominio............." Dios hizo un hombre corporativo. Cuando el hombre
corporativo que Dios creó fue dañado a causa de la caída, fue necesario que
Dios produjera un nuevo hombre. Para ello, Cristo no solamente tuvo que
eliminar el pecado, la naturaleza caída del hombre, a Satanás y al mundo,
sino que también tuvo que abolir las ordenanzas en la cruz (Ef. 2:15). Lo que
más impide que Dios obtenga el nuevo hombre, es las ordenanzas. Él abolió la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas para crear en Sí mismo de
los dos, judíos y gentiles, un solo y nuevo hombre.
La iglesia como el nuevo hombre llega a ser el hombre que
satisface el deseo de Dios. Dios quería obtener un hombre; así que, en la
vieja creación Él creó una figura, un tipo de hombre, pero no creó al
verdadero hombre. El verdadero y nuevo hombre lo creó Cristo en la cruz por
medio de Su muerte toda-inclusiva. Este hombre es llamado el nuevo hombre
(Ef. 4:22). Este nuevo hombre no es natural, de la vieja creación; este nuevo
hombre procede de Dios y participa de Su vida y Su naturaleza (Jn.1:12-13;
2P:2:4), siendo parte de la nueva creación. El hombre nuevo tiene como fin
expresar a Dios y representar Su autoridad (Gn.1:26). Para ello, el Señor, a
través de la regeneración y transformación va conformándonos a Su imagen y
semejanza (Jn.1:12-13; Ro. 8:29-30; 1 Co. 3:18), haciéndonos igual a Él en
vida y naturaleza, no en la deidad.
Que Dios nos bendiga y nos de un espíritu de sabiduría y de
revelación.
La fuente de esta porción de la palabra procede del ministerio y la
Biblia Versión Recobro con sus notas del Hermano Witness Lee.
En Cristo, José Luis Bruña.
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, los muchos
serán constituidos justos (Ro. 5:19).
Aboliendo en Su carne la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre,
haciendo la paz (Ef. 2:15).
Hoy, la mayor parte de los creyentes conocemos muy bien Juan 1:1 y
3:16, pero desconocemos la profundidad de Efesios 2:15....Cuando la carne de
Cristo fue clavada, Cristo Jesús abolió la ley de los mandamientos expresados
en ordenanzas para crear en Sí mismo de los dos, judíos y gentiles, un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz.
ES MUY IMPORTANTE SABER QUE SOLO HAY
DOS HOMBRES EN EL UNIVERSO:
EL PRIMER, HOMBRE ADÁN, EL
SEGUNDO HOMBRE, CRISTO.
1 Corintios 15:47 dice " El primer hombre es de la tierra, terrenal;
el segundo hombre es del cielo". El primer Adán es el comienzo del viejo
hombre en la vieja creación; el postrer Adán (Cristo) es el final, el fin del
viejo hombre en la vieja creación y principio de la nueva creación. El primer
hombre, Adán incluye a todos sus descendientes, toda la humanidad, y el
segundo hombre, Cristo, abarca a todos Sus creyentes, la nueva creación.
Todos los creyentes fuimos incluidos por nacimiento en el primer hombre,
Adán, y por la regeneración hemos venido a formar parte del segundo hombre,
Cristo. Cuando creímos en Cristo Jesús, fuimos trasladados del primer hombre
al segundo. Ahora, en Cristo, nuestra naturaleza no es terrenal; nuestra
naturaleza es celestial (2 P. 2:4)
Necesitamos ver cuan importante y crucial es que Cristo Jesús
aboliera la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear de
los dos pueblo, Judíos y Gentiles, un solo y nuevo hombre. Somos muchos los
creyentes, mas un solo y nuevo hombre (Ef. 2:15). Esta es la revelación más
elevada en el libro de Efesios respecto a la iglesia. Cristo abolió las
ordenanzas, que separaban a ambos pueblos, en la cruz, a fin de producir una
nueva creación, el nuevo hombre, con la esencia divina (Jn. 1:12-13; 2
P.2:4), una nueva entidad, un nuevo hombre corporativo.
Necesitamos conocer apropiadamente el viejo hombre, si queremos ver
el nuevo hombre. Pablo nos dice que nos despojemos del viejo hombre, antes de
vestirnos del nuevo hombre (Ef. 4:22). Después de crear los cielos y la
tierra, Dios creó al hombre. Pocos han visto que el hombre creado por Dios no
fue individual sino que fue corporativo. Génesis 1:26 habla del hombre en
singular y en plural: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre (singular) a
Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza; y ejerzan (plural)
dominio............." Dios hizo un hombre corporativo. Cuando el hombre
corporativo que Dios creó fue dañado a causa de la caída, fue necesario que
Dios produjera un nuevo hombre. Para ello, Cristo no solamente tuvo que
eliminar el pecado, la naturaleza caída del hombre, a Satanás y al mundo,
sino que también tuvo que abolir las ordenanzas en la cruz (Ef. 2:15). Lo que
más impide que Dios obtenga el nuevo hombre, es las ordenanzas. Él abolió la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas para crear en Sí mismo de
los dos, judíos y gentiles, un solo y nuevo hombre.
La iglesia como el nuevo hombre llega a ser el hombre que
satisface el deseo de Dios. Dios quería obtener un hombre; así que, en la
vieja creación Él creó una figura, un tipo de hombre, pero no creó al
verdadero hombre. El verdadero y nuevo hombre lo creó Cristo en la cruz por
medio de Su muerte toda-inclusiva. Este hombre es llamado el nuevo hombre
(Ef. 4:22). Este nuevo hombre no es natural, de la vieja creación; este nuevo
hombre procede de Dios y participa de Su vida y Su naturaleza (Jn.1:12-13;
2P:2:4), siendo parte de la nueva creación. El hombre nuevo tiene como fin
expresar a Dios y representar Su autoridad (Gn.1:26). Para ello, el Señor, a
través de la regeneración y transformación va conformándonos a Su imagen y
semejanza (Jn.1:12-13; Ro. 8:29-30; 1 Co. 3:18), haciéndonos igual a Él en
vida y naturaleza, no en la deidad.
Que Dios nos bendiga y nos de un espíritu de sabiduría y de
revelación.
La fuente de esta porción de la palabra procede del ministerio y la
Biblia Versión Recobro con sus notas del Hermano Witness Lee.
En Cristo, José Luis Bruña.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Con la Vida de Cristo
SOMOS CONSTITUIDOS CON LA VIDA DE CRISTO-JESÚS
AL COMERLE Y BEBERLE
(Gn. 2:9; Jn.
6:33-63; Jn. 4:10, 14; 7:37; 1 Co. 12:13)
La única manera de adorar al Padre es ser constituidos con la vida
de Su Hijo, al comerle y beberle, con el fin de llegar a ser su Cuerpo, con
Su vida y Su naturaleza (Jn.1:1; 2 P. 1:4).
En Gánesis 2:9, Dios puso al hombre ante el árbol de la vida
(figura de Dios) para que comiera de El. No es cuestión de doctrinas,
seminarios, buenas obras ect.; es cuestión de comer y beber de Cristo. Esto
es hacer la voluntad del Padre.
Muchos cristianos se asustan cuando se les habla de tener a Cristo
como nuestra comida y nuestra bebida espiritual. Bueno, veamos que nos dice
la Palabra al respecto. En Juan 6:33 nos dice: "Porque el pan de Dios es
Aquel que desciende del cielo y da vida al mundo"; en el v. 48 dice: "Yo soy
el pan de vida"; en el v. 50: "Este es el pan que desciende del cielo, para
que el que de él coma, no muera"; v. 51; "Yo soy el pan vivo que descendió
del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo
le daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo". Asi
sucesivamente en los versículos 53, 54, 55, 56; terminando con el versículo
63, de suma importancia, que dice: "El Espíritu es el que da vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son
vida". Insisto, todo ello es real en la esfera celestial. El Señor Jesús nos
está diciendo que debemos comerlo en la Palabra. Debemos tocar el Espíritu de
la Palabra; ello es posible, cuando vamos a la palabra tocando n uestro
esíritu humano (1 Ts. 5:23) en oración. Cuando hacemos esto, tocamos el
corazón de Dios en la palabra, y somos alimentados, constituidos con Su vida,
para ser conformados a Su imagen y Su semejanza. Somos hechos igual a El en
vida y naturaleza, no en la deidad. (Jn. 1:1, 14; 2 P. 1:4; Ro. 8:29; 2 Co.
3:18; 1 Jn. 3:2; Gá. 4:19).
Tocante a Cristo Jesús como nuestra bebida, debo insistir, que
estamos tocando un asunto en la esfera celestial; en ella no tiene cabida la
esfera física, síquica o psicólogica; todo radica en una esfera celestial,
la cual sólo podemos tocar, entender y disfrutar en nuestros espíritu humano
(1 Ts. 5:23; Jn. 4: 23-24).
En Juan 4:10, 14 dice Jesús: "...........si conocieras el don de
Dios y quién es el que te dice: Dame de beber; tu le habrías pedido y El te
habría dado agua de vida". " Mas el que beba del agua que Yo le daré será en
él un manantial de agua que salte para vida eterna". En Juan 7:37
dice:"..............si alguno tiene sed, venga a Mi y beba........" 1 Co.
12:13: ".................y a todos se nos dió a beber de un mismo Espíritu".
Apocalipsis 22:1 nos dice la palabra: "Y me mostró un rio de agua de
vida......." continuando en el v. 17 del mismo capítulo diciendo: "Y el
Espíritu y la novia dicen: Ven, Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
Venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente".
La Biblia nos habla de una persona Cristo Jesúis, Dios encarnado
(Jn.1:1, 14); después de Su muerte en la cruz, en resurrección se hizo el
Espíritu vificante(1 Co. 15:45). Ahora esta persona está edificando Su
iglesia(Mt. 16:18), constituyéndonos con Su vida, al comerle y berle. No
podemos ni debemos convertir la vida de la iglesia en normas, regulaciones,
estatutos y doctrinas ; es cuestión de una Persona que se imparte como vida
en nosotros.
Que la gracia de Dios esté con todos nosotros.
José Luis Bruña.
AL COMERLE Y BEBERLE
(Gn. 2:9; Jn.
6:33-63; Jn. 4:10, 14; 7:37; 1 Co. 12:13)
La única manera de adorar al Padre es ser constituidos con la vida
de Su Hijo, al comerle y beberle, con el fin de llegar a ser su Cuerpo, con
Su vida y Su naturaleza (Jn.1:1; 2 P. 1:4).
En Gánesis 2:9, Dios puso al hombre ante el árbol de la vida
(figura de Dios) para que comiera de El. No es cuestión de doctrinas,
seminarios, buenas obras ect.; es cuestión de comer y beber de Cristo. Esto
es hacer la voluntad del Padre.
Muchos cristianos se asustan cuando se les habla de tener a Cristo
como nuestra comida y nuestra bebida espiritual. Bueno, veamos que nos dice
la Palabra al respecto. En Juan 6:33 nos dice: "Porque el pan de Dios es
Aquel que desciende del cielo y da vida al mundo"; en el v. 48 dice: "Yo soy
el pan de vida"; en el v. 50: "Este es el pan que desciende del cielo, para
que el que de él coma, no muera"; v. 51; "Yo soy el pan vivo que descendió
del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo
le daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo". Asi
sucesivamente en los versículos 53, 54, 55, 56; terminando con el versículo
63, de suma importancia, que dice: "El Espíritu es el que da vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son
vida". Insisto, todo ello es real en la esfera celestial. El Señor Jesús nos
está diciendo que debemos comerlo en la Palabra. Debemos tocar el Espíritu de
la Palabra; ello es posible, cuando vamos a la palabra tocando n uestro
esíritu humano (1 Ts. 5:23) en oración. Cuando hacemos esto, tocamos el
corazón de Dios en la palabra, y somos alimentados, constituidos con Su vida,
para ser conformados a Su imagen y Su semejanza. Somos hechos igual a El en
vida y naturaleza, no en la deidad. (Jn. 1:1, 14; 2 P. 1:4; Ro. 8:29; 2 Co.
3:18; 1 Jn. 3:2; Gá. 4:19).
Tocante a Cristo Jesús como nuestra bebida, debo insistir, que
estamos tocando un asunto en la esfera celestial; en ella no tiene cabida la
esfera física, síquica o psicólogica; todo radica en una esfera celestial,
la cual sólo podemos tocar, entender y disfrutar en nuestros espíritu humano
(1 Ts. 5:23; Jn. 4: 23-24).
En Juan 4:10, 14 dice Jesús: "...........si conocieras el don de
Dios y quién es el que te dice: Dame de beber; tu le habrías pedido y El te
habría dado agua de vida". " Mas el que beba del agua que Yo le daré será en
él un manantial de agua que salte para vida eterna". En Juan 7:37
dice:"..............si alguno tiene sed, venga a Mi y beba........" 1 Co.
12:13: ".................y a todos se nos dió a beber de un mismo Espíritu".
Apocalipsis 22:1 nos dice la palabra: "Y me mostró un rio de agua de
vida......." continuando en el v. 17 del mismo capítulo diciendo: "Y el
Espíritu y la novia dicen: Ven, Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
Venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente".
La Biblia nos habla de una persona Cristo Jesúis, Dios encarnado
(Jn.1:1, 14); después de Su muerte en la cruz, en resurrección se hizo el
Espíritu vificante(1 Co. 15:45). Ahora esta persona está edificando Su
iglesia(Mt. 16:18), constituyéndonos con Su vida, al comerle y berle. No
podemos ni debemos convertir la vida de la iglesia en normas, regulaciones,
estatutos y doctrinas ; es cuestión de una Persona que se imparte como vida
en nosotros.
Que la gracia de Dios esté con todos nosotros.
José Luis Bruña.
Revelacion de Jesus a Pablo
REVELACIÓN DE JESÚS
A PABLO, TODO LO CONCERNIENTE
A SU PERSONA Y A SU CUERPO.
(Ro. 1:1-2; Gá. 1:1, 11-12, 15-16)
El Señor llamó a Pablo, como vaso escogido, para dar a conocer a los
gentiles, a través de sus epístolas, la persona de Jesús y la iglesia como Su
cuerpo. Sin las epístolas de Pablo no podríamos conocer al Cristo resucitado,
hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), ni la iglesia como cuerpo de
Cristo (Ef. 1:22-23). Tampoco podríamos conocer la manera y el elemento con
los cuales edificar Su cuerpo, Su novia , Su esposa; edificación que tendrá
su consumación en la Nueva jerusalén (Ap.21:2-3; 22:17).
En cuanto a la redención, todo fue consumado (Jn. 19:30). El hombre no
tiene parte alguna en la redención. Solamente El estaba capacitado para
terminar la obra de Su muerte toda inclusiva, mediante la cual efectuó la
redención, puso fin a la vieja creación, y liberó Su vida de resurrección
para producir la nueva creación y así cumplir el propósito de Dios. Pero, en
cuanto al misterio de Dios, el cual es Cristo, y el misterio de Cristo, el
cual es la iglesia, tuvo que usar a los apóstoles, especialmente Pablo, para
completar la palabra de Dios, al darnos una revelación completa de la
economía de Dios ( Col. 1:25).
En Hechos 9.4-5, Pablo tuvo la tevelación de esta persona
maravillosa, Jesús y la relación que le unía con los creyentes, Su cuerpo.
En el versículo cuatro El Señor Jesús le dijo :".........Saulo, Saulo ¿ por
qué Me persigues?"; a la pregunta de Pablo respondió el Señor, en el v.5
".......¿Quién eres Señor? Yo soy jesús, a quién tú persigues". Se refiere a
una entidad corporativa que incluye a Jesús el Señor y a todos Sus creyentes.
Saulo pensaba que perseguía personas en la tierra. Le sorprendió muchísimo
que Jesús desde el cielo le dijera que le perseguía a El. Esta fue la más
grande revelación que hombre alguno pudiera recibir. Jesús y Sus creyentes,
Su cuerpo, la iglesia, eran uno en vida y en naturaleza (Jn. 1:12-13; 2 P.
1:4).
CRECIMIENTO EN
VIDA PARA LA EDIFICACION DEL CUERPO DE CRISTO
(1 Co. 3: 18;
Ro. 8:29; Gá. 4:19; 1 Jn. 3:2; Fil.3:21; 1 Co. 15:51; Ro.12:2)
Este proceso es muy largo; comienza con la regeneración y termina
con la glorificación o transfiguración de nuestro cuerpo. En estos dos puntos
no tenemos problema alguno , pues, la regeneración es instantanea (cuando
recibimos al Señor Jesús, como nuestro salvador) y la glorificación ocurre en
un abrir y cerrar de ojos (1 Co. 15:51-52). Las mejores escuela de la
cristiandad enseñan en cuanto a la regeneración y la glorificación. Ellos
piensan que una vez regenerados deben llevar una vida correcta con el fin de
ganar el cielo; gran error, al no darse cuenta que no puede haber
glorificación sin pasar por el largo túnel de la transformación de nuestra
alma, nuestro yo natural. Este largo "túnel" , por el cual tenemos que pasar,
la transformación, es un proceso que dura toda nuestra vida. La
transformación no es más que el crecimiento en vida, es decir, permitir que
Cristo Jesús como el Espíritu vivificante (de vida), salga de nuestro
espíritu (1 Ts. 5:23) y se extienda en nuestra alma, constituyéndonos con Su
vida. Para que esto de lugar debemos comer y beber del Señor, esta es la
palabra pura (Jn. 6:33-65; 4:10-14; 7:37; Ap. 22:1, 17).
Si teneis la Biblia Versión Recobro, disfrutar las notas de todos
estos versículos, especialmente en 1 Co. 3:18. Cuando a cara descubierta
miramos y reflejamos la gloria del Señor, El nos infunde los elementos de lo
que Él es y ha hecho. De esta manera estamos siendo transformados
metabólicamente a Su imagen, principalmente por la renovación de nuestra
mente (Ro. 12:2). Mirar cara a cara al Señor es volver nuestro corazón a Él.
Debemos tener un corazón tierno, para ser impresionados por la hermosura del
Señor; un corazón puro, que le mire sólo a El y no sea atraido por nada que
no se Él: "Bienabenturados lo de corazón puro porque ellos verán a Dios"(Mt.
5:8); un corazón de amor y un corazón de paz, sin una conciencia de ofensa
hacia Dios y hacia los hombres. Nada de esto podemos hacer en nuestro hombre
natural; pero Jesús como vida en nosotros, Él si puede hacerlo y lo esta
haciendo. Este mensaje tiene como fuente la Biblia Versión Recobro y notas
del Hermano Witness Lee.
Que el Señor nos cubra con Su gracia.
José Luis Bruña.
A PABLO, TODO LO CONCERNIENTE
A SU PERSONA Y A SU CUERPO.
(Ro. 1:1-2; Gá. 1:1, 11-12, 15-16)
El Señor llamó a Pablo, como vaso escogido, para dar a conocer a los
gentiles, a través de sus epístolas, la persona de Jesús y la iglesia como Su
cuerpo. Sin las epístolas de Pablo no podríamos conocer al Cristo resucitado,
hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), ni la iglesia como cuerpo de
Cristo (Ef. 1:22-23). Tampoco podríamos conocer la manera y el elemento con
los cuales edificar Su cuerpo, Su novia , Su esposa; edificación que tendrá
su consumación en la Nueva jerusalén (Ap.21:2-3; 22:17).
En cuanto a la redención, todo fue consumado (Jn. 19:30). El hombre no
tiene parte alguna en la redención. Solamente El estaba capacitado para
terminar la obra de Su muerte toda inclusiva, mediante la cual efectuó la
redención, puso fin a la vieja creación, y liberó Su vida de resurrección
para producir la nueva creación y así cumplir el propósito de Dios. Pero, en
cuanto al misterio de Dios, el cual es Cristo, y el misterio de Cristo, el
cual es la iglesia, tuvo que usar a los apóstoles, especialmente Pablo, para
completar la palabra de Dios, al darnos una revelación completa de la
economía de Dios ( Col. 1:25).
En Hechos 9.4-5, Pablo tuvo la tevelación de esta persona
maravillosa, Jesús y la relación que le unía con los creyentes, Su cuerpo.
En el versículo cuatro El Señor Jesús le dijo :".........Saulo, Saulo ¿ por
qué Me persigues?"; a la pregunta de Pablo respondió el Señor, en el v.5
".......¿Quién eres Señor? Yo soy jesús, a quién tú persigues". Se refiere a
una entidad corporativa que incluye a Jesús el Señor y a todos Sus creyentes.
Saulo pensaba que perseguía personas en la tierra. Le sorprendió muchísimo
que Jesús desde el cielo le dijera que le perseguía a El. Esta fue la más
grande revelación que hombre alguno pudiera recibir. Jesús y Sus creyentes,
Su cuerpo, la iglesia, eran uno en vida y en naturaleza (Jn. 1:12-13; 2 P.
1:4).
CRECIMIENTO EN
VIDA PARA LA EDIFICACION DEL CUERPO DE CRISTO
(1 Co. 3: 18;
Ro. 8:29; Gá. 4:19; 1 Jn. 3:2; Fil.3:21; 1 Co. 15:51; Ro.12:2)
Este proceso es muy largo; comienza con la regeneración y termina
con la glorificación o transfiguración de nuestro cuerpo. En estos dos puntos
no tenemos problema alguno , pues, la regeneración es instantanea (cuando
recibimos al Señor Jesús, como nuestro salvador) y la glorificación ocurre en
un abrir y cerrar de ojos (1 Co. 15:51-52). Las mejores escuela de la
cristiandad enseñan en cuanto a la regeneración y la glorificación. Ellos
piensan que una vez regenerados deben llevar una vida correcta con el fin de
ganar el cielo; gran error, al no darse cuenta que no puede haber
glorificación sin pasar por el largo túnel de la transformación de nuestra
alma, nuestro yo natural. Este largo "túnel" , por el cual tenemos que pasar,
la transformación, es un proceso que dura toda nuestra vida. La
transformación no es más que el crecimiento en vida, es decir, permitir que
Cristo Jesús como el Espíritu vivificante (de vida), salga de nuestro
espíritu (1 Ts. 5:23) y se extienda en nuestra alma, constituyéndonos con Su
vida. Para que esto de lugar debemos comer y beber del Señor, esta es la
palabra pura (Jn. 6:33-65; 4:10-14; 7:37; Ap. 22:1, 17).
Si teneis la Biblia Versión Recobro, disfrutar las notas de todos
estos versículos, especialmente en 1 Co. 3:18. Cuando a cara descubierta
miramos y reflejamos la gloria del Señor, El nos infunde los elementos de lo
que Él es y ha hecho. De esta manera estamos siendo transformados
metabólicamente a Su imagen, principalmente por la renovación de nuestra
mente (Ro. 12:2). Mirar cara a cara al Señor es volver nuestro corazón a Él.
Debemos tener un corazón tierno, para ser impresionados por la hermosura del
Señor; un corazón puro, que le mire sólo a El y no sea atraido por nada que
no se Él: "Bienabenturados lo de corazón puro porque ellos verán a Dios"(Mt.
5:8); un corazón de amor y un corazón de paz, sin una conciencia de ofensa
hacia Dios y hacia los hombres. Nada de esto podemos hacer en nuestro hombre
natural; pero Jesús como vida en nosotros, Él si puede hacerlo y lo esta
haciendo. Este mensaje tiene como fuente la Biblia Versión Recobro y notas
del Hermano Witness Lee.
Que el Señor nos cubra con Su gracia.
José Luis Bruña.
Comunion con la Trinidad
LA COMUNIÓN CON LA TRINIDAD DIVINA SEGÚN:
(1 Jn. 1:1-3, 6-7)
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oido, lo que
hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras
manos tocante al Verbo de vida............lo que hemos visto y oido, os
anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con Su Hijo
Jesucristo.........pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, Su Hijo, nos limpia de todo
pecado" 1 Jn. 1:1-3, 6-7.
Uno habla con hermanos en el Señor y, es muy triste la poca
comunión que esiste entre ellos; pero es aún más triste constatar el
desconocimiento que, muchos de ellos, tiene respecto a lo que es la
comunión.
¿Podría vivir el cuerpo humano, compuesto de muchos
miembros, sin el circular de la sangre?...... ¡ Cuán imprescindible es la
comunión!
Comunión, en griego, significa participación mutua, común
participación en dónde uno aparta los intereses privados para unirse a otros
en un beneficio común; este es el caso de la comunión del cuerpo de Cristo
(Su Iglesia), Jn. 1:12-13. Esta comunión es con el Padre, y con Su Hijo
Jesucristo, junto con todos los hermanos, miembros de Su cuerpo.
La comunión, es el producto de la Vida eterna, y en
realidad es el fluir de la Vida eterna dentro y a través de todos los
creyentes; todos los nacidos de nuevo que han sido engendrados de Dios, para
ser Sus hijos y participar de Su vida y de Su naturaleza, Jn.1:12-13; 2 P.
1:4. Esta comunión divina es la realidad del vivir del cuepo de Cristo.
En la comunión de la Vida eterna, nosotros los creyentes,
tenemos parte y disfrute en todo lo que el Padre y el Hijo son y en todo lo
que han hecho a nuestro favor; es decir, disfrutamos del amor del Padre y la
gracia del Hijo por el dispensar del Espíritu. 1 Co. 3:14. Solamente en la
comunión de los santos es edificado el cuerpo de Cristo. Esta comunión no es
en nuestro hombre natural (la vieja creación), este no tiene parte alguna en
esta comunión; es en el espíritu humano(nuestro hombre interior, la nueva
creación) dónde da lugar la comunión, Zac. 12:1; 1 Ts. 5:23.
En esta comunión divina recibimos y participamos de la
Trinidad divina, lo que hace que Dios y nosostros lleguemos a ser uno (1 Co.
15:45; 1 Co. 6:17) en vida y naturaleza, nunca en la deidad. Esto es lo que
desea y pedía el Señor en Su oración del capítulo 17 de Juan: " Para que
ellos sea uno, así como Nosotros somos uno" (v.22b).
Que el Señor nos bendiga y nos revele la importacia de la
comunión divina en Su cuerpo.
La fuente de esta comunión procede de la Biblia Versión
recobro y notas del Hermano Witness Lee.
Jose Lui Bruña.
(1 Jn. 1:1-3, 6-7)
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oido, lo que
hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras
manos tocante al Verbo de vida............lo que hemos visto y oido, os
anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con Su Hijo
Jesucristo.........pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, Su Hijo, nos limpia de todo
pecado" 1 Jn. 1:1-3, 6-7.
Uno habla con hermanos en el Señor y, es muy triste la poca
comunión que esiste entre ellos; pero es aún más triste constatar el
desconocimiento que, muchos de ellos, tiene respecto a lo que es la
comunión.
¿Podría vivir el cuerpo humano, compuesto de muchos
miembros, sin el circular de la sangre?...... ¡ Cuán imprescindible es la
comunión!
Comunión, en griego, significa participación mutua, común
participación en dónde uno aparta los intereses privados para unirse a otros
en un beneficio común; este es el caso de la comunión del cuerpo de Cristo
(Su Iglesia), Jn. 1:12-13. Esta comunión es con el Padre, y con Su Hijo
Jesucristo, junto con todos los hermanos, miembros de Su cuerpo.
La comunión, es el producto de la Vida eterna, y en
realidad es el fluir de la Vida eterna dentro y a través de todos los
creyentes; todos los nacidos de nuevo que han sido engendrados de Dios, para
ser Sus hijos y participar de Su vida y de Su naturaleza, Jn.1:12-13; 2 P.
1:4. Esta comunión divina es la realidad del vivir del cuepo de Cristo.
En la comunión de la Vida eterna, nosotros los creyentes,
tenemos parte y disfrute en todo lo que el Padre y el Hijo son y en todo lo
que han hecho a nuestro favor; es decir, disfrutamos del amor del Padre y la
gracia del Hijo por el dispensar del Espíritu. 1 Co. 3:14. Solamente en la
comunión de los santos es edificado el cuerpo de Cristo. Esta comunión no es
en nuestro hombre natural (la vieja creación), este no tiene parte alguna en
esta comunión; es en el espíritu humano(nuestro hombre interior, la nueva
creación) dónde da lugar la comunión, Zac. 12:1; 1 Ts. 5:23.
En esta comunión divina recibimos y participamos de la
Trinidad divina, lo que hace que Dios y nosostros lleguemos a ser uno (1 Co.
15:45; 1 Co. 6:17) en vida y naturaleza, nunca en la deidad. Esto es lo que
desea y pedía el Señor en Su oración del capítulo 17 de Juan: " Para que
ellos sea uno, así como Nosotros somos uno" (v.22b).
Que el Señor nos bendiga y nos revele la importacia de la
comunión divina en Su cuerpo.
La fuente de esta comunión procede de la Biblia Versión
recobro y notas del Hermano Witness Lee.
Jose Lui Bruña.
Experimentando a Cristo
Hermanos en Cristo Jesús:
Últimamente he disfrutado, en gran manera, al profundizar en las
epístolas de Gálatas, Efesios. Filipenses y Colosenses (corazón de la
revelación divina). He tomado como referencia la Biblia Versión Recobro y las
notas del hermano Witness Lee, lo que me ha dado una visión más completa de
esta epístolas.
El tema de Gálatas es Cristo, y el de Filipenses es de como
experimentar a Cristo. Efesios nos da a conocer la iglesia como Cuerpo de
Cristo, y Colosenses nos presenta a Cristo como la cabeza del Cuerpo.
Si queremos comprender y ser constituidos de Cristo como nuestra
vida, necesitamos introducirnos en toda la Biblia, especialmente el Nuevo
Testamento, y muy en especial en las cuatro epístolas mencionadas
anteriormente. No le daremos la suficiente importancia a su contenido, si
desconocemos la linea central de la revelación divina, la Biblia. ¿Porque
digo esto? Bueno, en mi comunión con los muchos hermanos que visito, la
visión que tienen de la economía de Dios es inadecuada, muy pobre; toman como
meta la regeneración para llegar a la glorificación y ganar el cielo. No es
culpa de ellos, es la enseñanza que han recibido. No se dan cuenta de que
entre la regeneración y la redención de nuestro cuerpo (glorificación) hay un
largo tunel que transitar: La transformacion, santificación y conformacción
(2Co. 3:18; Fil. 3:21; 1Co. 15:51; Gá. 4:19; 1 Jn. 3:2; 1 Ts. 5:23; Jn.
17:17, 19; Ef. 5:26; Ro. 8:29-30). Este proceso dura toda la vida; para esto
es necesario Comer y beber a Cristo, momento a momento (Jn. 6:35-59; 4:10,
14; 7:37-39; Ap. 22:1, 17), para ser constituidos de Él.
¿ Cual es la linea principal de la revelación divina, la Biblia?
Genesis 1:26 dice: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a Nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza y ejerzan dominio sobre...................."
Imagen se refiere al ser interno de Dios, la esencia interna de Sus
atributos. La semejanza, se refiere a la forma de Dios (Fil.2:6), la
expresión externa de la esencia y naturaleza de Su persona. Todos los otros
seres vivos fueron creados según su especie, sólo el hombre fue creado según
la especie de Dios, para vivir en una unión orgánica (Jn. 15:5; Ro. 6:5;
11:17-24; 1 Co. 6:17; 2 P 1:4).
El hombre fue creado para ser la expresión de Dios y para que Le
representara al tener dominio, autoridad sobre toda la creación. Pero el
hombre desobedeció, se reveló contra Dios. El hombre fue creado con espíritu,
alma y cuerpo (Za. 12:1; 1 Ts. 5:23), pero aún no tenía la vida de Dios, por
ello lo puso ante el árbol de la vida, símbolo de Dios, para que Le tomara
como vida (Gn.2:9, 16-17); en lugar de ello el hombre comió del árbol del
conocimiento del bien y del mal, símbolo de Satanás, revelándose contra Dios.
Debido a que el hombre comión del árbol del conocimiento del bien y del mal,
Satanás entro en el cuerpo del hombre y se convirtió en pecado dentro de el
(Ro. 7:8, 11, 17, 20). Así el cuerpo humano, que había ssido creado puro y
sin pecado, se constituyó convirtiéndose en la carne de pecado. Por ello el
hombre fue apartado de Dios, perdiendo su expresión y Su representación, Su
autoridad (Gn.3:1-7); es decir, El fin por lo que había creado al hombre.
Hemos visto el principio de la linea central de la revelación
divina en la economía de Dios; esta linea discurre a través de toda la
Biblia en sombras y figuras, hasta la venida de Cristo Jesus ( Dios hecho
hombre), con el fin de restaurar todo lo que se perdió en Génesis, a través
de Su vivir humano, muerte en la cruz y Su resurrección, llegando a ser el
Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), para dispensarse en el hombre y ser uno
con el (1Co.6:17). Luego, a través de Su vida en nosotros (Gá. 2:20),
realizar el proceso de Regeneración, transformación santificación y
glorificación para recuperar al hombre y a la creación; es decir recobrar lo
que se había perdido en Génesis.
La regeneración es el primer paso del proceso........Es
terrible pensar que somos regenerados solamente para ir al cielo. De ahí la
poca o nula importacia que le damos a la edificación del cuerpo de Cristo (
Ef. 1:22-23; 4:1-16), guardando la unidad del Espíritu.
En Ef. 4:1 Pablo dice: "Yo pues, preso en el Señor, os
ruego........." En el v. 2 dice "..........soportándose los unos a los otros
en amor". "solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz" v.3. En el v.4 dice:"un Cuerpo, y un Espíritu..........." "un Señor, una
fe, un bautismo, un Dios y padre de todos, el cual es sobre todos, y por
todos, y en todos" vs. 5 y 6. Debemos pedir al Señor Jesús, con gemidos, para
que estos seis versículos penetren en nuestro corazón profundamente; y de
esta manera derribar todos los intereses privados, muros, diferencias y
doctrinas que nos separan para ser edificados como un sólo Cuerpo de Cristo.
El Señor desea hacer esto pero nosotros no le dejamos hacer. Solamente cuando
volvamos al principio de la iglesia descrita en 1 Co. 1:2, Le será posible al
Señor cumplir el deseo de Su corazón; el misterio escondido desde las edades,
y dado a conocer por medio de los Apóstoles y Profetas. No hay otra forma.
Para ello, el v. 11 dice:"y El mismo constituyó a unos como apóstoles, a
otros como profetas.................", "a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo"v. 12,
"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios........para que ya no seamos niños flutuantes.........sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza,
esto es, Cristo" vs. 13, 14 y 15, terminando con el v. 16 diciendo: "de quien
todo el Cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las conyunturass
que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe
su crecimiento para ir edificándose en amor".
Que más podemos decir, si esto no nos impresiona para
abrirle nuestro corazón al Señor y consagrarnos a Él Ro. 12:1-2, para que
realmente todos los hijos de Dios seamos uno (Jn. 17:21-22), derribando todo
lo que cause separación entre nosotros. Alguno me dirá que eso no es posible,
que el Señor lo hará cuando regrese; no, Él regresa a por Su novia sin mancha
y sin arruga. Para nosotros no es posible, pero si para Dios si realmente nos
consagramos a Él y, como dice Pablo en Filipenses capítulo 1:21 :"Porque para
mi el vivir es Cristo, y el morir es ganancia".
Hermanos, la regeneración es el principio de un largo
proceso, y este proceso debe ser conocido por todos nuestros hermanos. Pablo
hizo dos oraciones totalmente cargado con este asunto (Ef. 1:17-23; 3:14-19),
pidiendo un espíritu de sabiduría y de revelación en pleno conicimiento de
El. La fuente de esta porción es la Biblia Versión Recobro y notas del Hno.
Witness Lee.
Que el Señor nos bendiga dándonos un espíritu de
sabiduría y de revelación.
Jose Luis bruña
Últimamente he disfrutado, en gran manera, al profundizar en las
epístolas de Gálatas, Efesios. Filipenses y Colosenses (corazón de la
revelación divina). He tomado como referencia la Biblia Versión Recobro y las
notas del hermano Witness Lee, lo que me ha dado una visión más completa de
esta epístolas.
El tema de Gálatas es Cristo, y el de Filipenses es de como
experimentar a Cristo. Efesios nos da a conocer la iglesia como Cuerpo de
Cristo, y Colosenses nos presenta a Cristo como la cabeza del Cuerpo.
Si queremos comprender y ser constituidos de Cristo como nuestra
vida, necesitamos introducirnos en toda la Biblia, especialmente el Nuevo
Testamento, y muy en especial en las cuatro epístolas mencionadas
anteriormente. No le daremos la suficiente importancia a su contenido, si
desconocemos la linea central de la revelación divina, la Biblia. ¿Porque
digo esto? Bueno, en mi comunión con los muchos hermanos que visito, la
visión que tienen de la economía de Dios es inadecuada, muy pobre; toman como
meta la regeneración para llegar a la glorificación y ganar el cielo. No es
culpa de ellos, es la enseñanza que han recibido. No se dan cuenta de que
entre la regeneración y la redención de nuestro cuerpo (glorificación) hay un
largo tunel que transitar: La transformacion, santificación y conformacción
(2Co. 3:18; Fil. 3:21; 1Co. 15:51; Gá. 4:19; 1 Jn. 3:2; 1 Ts. 5:23; Jn.
17:17, 19; Ef. 5:26; Ro. 8:29-30). Este proceso dura toda la vida; para esto
es necesario Comer y beber a Cristo, momento a momento (Jn. 6:35-59; 4:10,
14; 7:37-39; Ap. 22:1, 17), para ser constituidos de Él.
¿ Cual es la linea principal de la revelación divina, la Biblia?
Genesis 1:26 dice: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a Nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza y ejerzan dominio sobre...................."
Imagen se refiere al ser interno de Dios, la esencia interna de Sus
atributos. La semejanza, se refiere a la forma de Dios (Fil.2:6), la
expresión externa de la esencia y naturaleza de Su persona. Todos los otros
seres vivos fueron creados según su especie, sólo el hombre fue creado según
la especie de Dios, para vivir en una unión orgánica (Jn. 15:5; Ro. 6:5;
11:17-24; 1 Co. 6:17; 2 P 1:4).
El hombre fue creado para ser la expresión de Dios y para que Le
representara al tener dominio, autoridad sobre toda la creación. Pero el
hombre desobedeció, se reveló contra Dios. El hombre fue creado con espíritu,
alma y cuerpo (Za. 12:1; 1 Ts. 5:23), pero aún no tenía la vida de Dios, por
ello lo puso ante el árbol de la vida, símbolo de Dios, para que Le tomara
como vida (Gn.2:9, 16-17); en lugar de ello el hombre comió del árbol del
conocimiento del bien y del mal, símbolo de Satanás, revelándose contra Dios.
Debido a que el hombre comión del árbol del conocimiento del bien y del mal,
Satanás entro en el cuerpo del hombre y se convirtió en pecado dentro de el
(Ro. 7:8, 11, 17, 20). Así el cuerpo humano, que había ssido creado puro y
sin pecado, se constituyó convirtiéndose en la carne de pecado. Por ello el
hombre fue apartado de Dios, perdiendo su expresión y Su representación, Su
autoridad (Gn.3:1-7); es decir, El fin por lo que había creado al hombre.
Hemos visto el principio de la linea central de la revelación
divina en la economía de Dios; esta linea discurre a través de toda la
Biblia en sombras y figuras, hasta la venida de Cristo Jesus ( Dios hecho
hombre), con el fin de restaurar todo lo que se perdió en Génesis, a través
de Su vivir humano, muerte en la cruz y Su resurrección, llegando a ser el
Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), para dispensarse en el hombre y ser uno
con el (1Co.6:17). Luego, a través de Su vida en nosotros (Gá. 2:20),
realizar el proceso de Regeneración, transformación santificación y
glorificación para recuperar al hombre y a la creación; es decir recobrar lo
que se había perdido en Génesis.
La regeneración es el primer paso del proceso........Es
terrible pensar que somos regenerados solamente para ir al cielo. De ahí la
poca o nula importacia que le damos a la edificación del cuerpo de Cristo (
Ef. 1:22-23; 4:1-16), guardando la unidad del Espíritu.
En Ef. 4:1 Pablo dice: "Yo pues, preso en el Señor, os
ruego........." En el v. 2 dice "..........soportándose los unos a los otros
en amor". "solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz" v.3. En el v.4 dice:"un Cuerpo, y un Espíritu..........." "un Señor, una
fe, un bautismo, un Dios y padre de todos, el cual es sobre todos, y por
todos, y en todos" vs. 5 y 6. Debemos pedir al Señor Jesús, con gemidos, para
que estos seis versículos penetren en nuestro corazón profundamente; y de
esta manera derribar todos los intereses privados, muros, diferencias y
doctrinas que nos separan para ser edificados como un sólo Cuerpo de Cristo.
El Señor desea hacer esto pero nosotros no le dejamos hacer. Solamente cuando
volvamos al principio de la iglesia descrita en 1 Co. 1:2, Le será posible al
Señor cumplir el deseo de Su corazón; el misterio escondido desde las edades,
y dado a conocer por medio de los Apóstoles y Profetas. No hay otra forma.
Para ello, el v. 11 dice:"y El mismo constituyó a unos como apóstoles, a
otros como profetas.................", "a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo"v. 12,
"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios........para que ya no seamos niños flutuantes.........sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza,
esto es, Cristo" vs. 13, 14 y 15, terminando con el v. 16 diciendo: "de quien
todo el Cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las conyunturass
que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe
su crecimiento para ir edificándose en amor".
Que más podemos decir, si esto no nos impresiona para
abrirle nuestro corazón al Señor y consagrarnos a Él Ro. 12:1-2, para que
realmente todos los hijos de Dios seamos uno (Jn. 17:21-22), derribando todo
lo que cause separación entre nosotros. Alguno me dirá que eso no es posible,
que el Señor lo hará cuando regrese; no, Él regresa a por Su novia sin mancha
y sin arruga. Para nosotros no es posible, pero si para Dios si realmente nos
consagramos a Él y, como dice Pablo en Filipenses capítulo 1:21 :"Porque para
mi el vivir es Cristo, y el morir es ganancia".
Hermanos, la regeneración es el principio de un largo
proceso, y este proceso debe ser conocido por todos nuestros hermanos. Pablo
hizo dos oraciones totalmente cargado con este asunto (Ef. 1:17-23; 3:14-19),
pidiendo un espíritu de sabiduría y de revelación en pleno conicimiento de
El. La fuente de esta porción es la Biblia Versión Recobro y notas del Hno.
Witness Lee.
Que el Señor nos bendiga dándonos un espíritu de
sabiduría y de revelación.
Jose Luis bruña
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