lunes, 1 de marzo de 2010

El menosprecio de Adán y Eva

Desde un principio los hombres manifestaron un rechazo a su propia alma. Dios puso en medio de ellos "el árbol de la vida", que en figura no es otra cosa que la sabiduría de Dios –la Palabra de Dios- porque lo afirman las Escrituras:

"…no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." (Mt. 4:4)

También dice:

"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con dios, y el Verbo era Dios" (Jn. 1:1).

Adán y Eva deberían haberle dado prioridad a la Palabra de Dios antes que a las cosas terrenales, aunque lo que hubiese en el huerto del Edén fuese muy bello. No obstante, los ojos de Adán se posaron en la belleza del huerto –incluso buscando mujer- por lo cual posteriormente tuvo que ser echado de allí. Estas son aquellas cosas que hasta el día de hoy los hombres no entienden. Quiere decir, que si alguno anhela en serio entrar al reino de Dios –llegar a conocer verdaderamente el evangelio y conocer a Jesucristo- debe quitar sus ojos de los valores terrenales y valorar la Santa Palabra de Dios. Léase:

"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyo heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas." (He. 1:1-3).

Es, pues, esa Palabra que hace morir en nosotros lo terrenal y mundano, la que es necesario que todos comamos para morir a este mundo y vivir en el pensamiento de DIOS, esperando el regreso de Cristo aquí en la Tierra.

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"Expression Doctrinal Agape"©

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