martes, 2 de marzo de 2010

Esclavos de la Libertad

Jesucristo vino a esta tierra para presentar un claro antagonismo entre su evangelio y el mundo. Es notorio su rechazo y la forma despreciable en la que él se refiere al mundo en todo el nuevo testamento. Léase:

"no puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mi me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas" (Jn. 7:7)

Es obvio, que por la misma razón el mundo le aborrece hasta el día de hoy. También leamos el siguiente pasaje:

"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en el. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de DIOS permanece para siempre" (1 Jn. 2:15-17).

La verdadera iglesia mantiene esta línea de pensamiento, identificándose plenamente con su maestro. No obstante, en estos días de apostasía la tierra se ha llenado de "un cristianismo identificado con el mundo", en el cual se hermana en lugar de apartarse. Léase lo que el apóstol Juan dijo, refiriéndose a los falsos profetas y engañadores de este tiempo:

"ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye" (1 Jn. 4:5).

Todo lo que ellos hacen tiene el sello del mundo: su música, sus shows, su estilo de vida, sus prácticas. Si no fuese así, como se cumplirían Las Escrituras.

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"Expresión Doctrinal Ágape"©

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