viernes, 15 de noviembre de 2013

Vida Divina en el Cuerpo de Cristo

SÓLO A TRAVÉS DE LA VIDA DIVINA QUE EL CUERPO DE CRISTO ES EDIFICADO
                                                                                                           Ro. 5 :10; Fil. 1 :19

        Dios hizo al hombre como un ser tripartito. En primera de tesalonicenses 5:23 dice claramente que tenemos un espíritu, alma y cuerpo. Hebreos 4 :12 dice que nuestro espíritu puede ser separado de nuestra alma. En el alma tenemos la mente, la parte emotiva y la voluntad. En el cuerpo tenemos muchos miembros.... En nuestro espíritu tenemos la conciencia, la intuición y la comunión. Nuestro cuerpo existe para que seamos un vaso viviente que contenga a Dios (Ro. 9 :21, 23).
        Dios, a fin de cumplir Su propósito, primero hizo al hombre como vaso que lo contuviera a Él como vida (Jn. 5: 11-13). El hombre fue creado de una manera muy específica, no solamente con un cuerpo para subsistir físicamente y con un alma para expresarse, sino también con un espíritu en el cual recibir y contener a Dios (1 Co. 3:16; 6:19; Ef. 2:21). El alma del hombre es su persona y toda su personalidad. Es una persona completa. La intención de Dios era que el hombre, como ser creado y completo, lo tomara a Él como vida y lo expresara en todos los aspectos de su personalidad. Por consiguiente, además del alma, el hombre necesita un órgano específico con el cual tocar y ser uno con Dios: el espíritu humano (1 Ts. 5:23; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; 1 Co. 6:17).
        Romanos 8 nos revela cómo el Dios Triuno (Trinidad divina)---el Padre (v. 15), el Hijo (vs. 3, 29, 32) y el Espíritu (vs. 9, 11, 13-14, 16, 23, 26)--se imparten a Si mismo como vida (vs. 2, 6, 10, 11) en nosotros, hombres tripartitos--de espíritu, alma y cuerpo--para hacernos Sus hijos (vs. 14-15, 19, 23, 29, 17) a fin de constituir el Cuerpo de Cristo (12: 4-5). (Ro. 8:9).
        Ser salvos en la vida divina de Cristo es algo que es progresivo. Hemos sido salvos eternamente de la perdición eterna, del juicio eterno y de la muerte eterna en el lago de fuego. Pero en términos de ser liberados de la ley del pecado, todavía no hemos sido completamente salvos. Así que, la vida cristiana es una vida de ser salvos continuamente.
        La salvación completa que Dios efectúa se basa en Su justicia (Ro.1:17a), la cual es Cristo. Dicha justicia, la cual es sólida e inquebrantable, es el cimiento de Su trono (Sal. 89:14) y la base en la cual se establece Su reino (Ro. 14;17).

El universo, incluyéndonos a nosotros, existe con base a la justicia de Dios.
        Romanos 5:10 señala que la plena salvación revelada en este libro consta de dos secciones: una es la redención que la muerte de Cristo efectuó en nosotros, y la otra es la acción salvadora que la vida de Cristo nos provee. En los primeros cuatro capítulos se describe exhaustivamente la redención llevada a cabo por la muerte de Cristo, mientras que en los últimos doce, se habla en detalle de la acción salvadora proporcionada por la vida de Cristo. Nosotros, el pueblo redimido de Dios, somos salvos en la vida divina de Cristo del cautiverio, la esclavitud, del pecado, es decir, de la ley del pecado por medio de la liberación de la ley del Espíritu vivificante (Ro. 8:2). Pero a fin de que la ley del Espíritu vivificante opere, se  requiere que cooperemos al poner nuestra mente en nuestro espíritu (Ro. 6: 6b) y andar según el espíritu mezclado(Ro. 8:4).

Recordar que tenemos un espíritu (1 Ts. 3:17);(que el señor hoy es el Espíritu (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17) y que somos un solo espíritu con el señor ( 1 Co. 6:17).
        Nosotros también necesitamos ser salvos en la vida divina de Cristo del siglo presente del mundo, por medio de la santificación del Espíritu Vivificante (Ro. 12:2a; 6:19b, 22b). Somo salvos en la vida de Cristo, de nuestro ser natural por medio de la transformación del Espíritu Vivificante (Ro.12:2b; 2 Co. 3:18). En la ida divina somos salvos del individualismo al ser edificados en el cuerpo de Cristo (12:5). Somos salvos en la vida divina de Cristo de la manifestación de la semejanza de nuestro yo por medio de la conformación del Espíritu que imparte vida (Ro.8:29b)...Seamos buenos o malos, amables o toscos, de todos modos manifestaremos la semejanza de nuestro yo....Necesitamos ser conformados por medio de la transformación en la misma imagen del Hijo de Dios (2 Co. 3:18).
        El resultado de que seamos salvos en la vida divina de Cristo es la transfiguración, en virtud de la vida divina, de nuestro cuerpo de humillación (Ro. 8:30c; Fil. 3:21; Ro. 8:11)....Cuando el Espíritu que mora en nosotros nos sature completamente, nuestro cuerpo será redimido.
        Romanos 10 revela la manera de disfrutar la salvación que trae la vida. Los versículos 12 y 13 nos dicen que el Señor es rico para con todos los que le invocan y que todo aquel que invoque el nombre del señor, será salvo. Cuando invocamos el nombre del Señor , somos salvos en Su vida. cuando le invocamos, disfrutamos la salvación que la vida trae. Que el señor tenga misericordia de nosotros para que disfrutemos Su vida salvadora día tras día. Es triste el poco conocimiento que hay entre los cristianos sobre este asunto tan primordial.
        Después de ser salvos de la condenación de Dios y del lago de fuego, primero necesitamos ser salvos de la ley del pecado. La ley del pecado es el poder dominante del pecado. Romanos 8:2 dice que la ley del Espíritu de vida nos libra de la ley del pecado. La carne es la segunda cosa de la cual necesitamos ser salvos. La muerte espiritual es la tercera cosa negativa de la cual necesitamos ser salvos. La muerte incluye todo lo negativo. Es menester que seamos salvos de la ley del pecado, de la carne y de la muerte.
        La muerte siempre acompaña al pecado; es el producto del pecado. El pecado es la causa y la muerte espiritual es el efecto. Cuando tenemos el pecado, allí está la muerte. La muerte es la falta de capacidad para cumplir los requisitos de Dios según la norma divina. Por supuesto en nuestro hombre natural no mora el Bien (Ro.7), lo que nos impide cumplir los requisitos de Dios. Necesitamos ser salvos en Su vida. Necesitamos Su vida para que podamos ser vivientes, llenos de Su espíritu para cumplir Sus requisitos. Esto es tomar a Cristo como nuestra vida (Ga. 2:20 Fil. 1:21), nuestra persona, nuestra cabeza (Ef.1:22-23) nuestro todo. Debemos dar a nuestro querido Señor Jesús la preeminencia en todas las cosas, para que no vivamos en nosotros mismo. Cristo debe ser nuestro vivir las veinticuatro horas del día (He. 7:25).
        Ser salvos en Su vida no tiene que ver solamente con ser justificados, ser perdonados por Dios y ser salvos del lago

de fuego. necesitamos ser salvos de la falta de capacidad para glorificarle, agradarle y cumplir Sus requisitos. Necesitamos Su vida. Esta es la vida que tiene el poder de la resurrección. La vida que recibimos de Dios por medio de Cristo es una vida de resurrección. Esta vida ha sido probada al morir y al pasar al pasar por la muerte. Cristo es la resurrección y la vida (Jn. 11:25). Debido a que Cristo es la resurrección, era imposible que El fuese retenido por la muerte (Hch. 2:24). Si tenemos al Hijo, tenemos la vida. Si no tenemos al Hijo , no tenemos la vida (Jn.3:16). Debido a que recibimos al Hijo, podemos declarar que tenemos la vida (Col.3:4a). por medio de esta vida es que somos transformados de gloria en gloria a Su misma imagen.
        En Filipenses 3:10a Pablo dijo que quería conocer el poder de la resurrección del Señor. Este poder es Su vida de resurrección, la cual lo resucitó de entre los muertos (Ef. 1:19-20). Necesitamos conocer y experimentar el poder de esta

vida del señor para ser salvos en Su vida.
        Que Dios nos bendiga a todos nosotros y nos guarde en Su corazón para Su mayor gloria

En Cristo, José Luis Bruña    

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