domingo, 5 de julio de 2009

Ateísmo y Dios

En estos días nos enfrentamos a un ateísmo tal vez no como el de hace unos 50 años, en donde había una dureza de parte de los ateos atreviéndose aun a retar a Dios, insultándolo a ver si les contestaba con una plaga. Diríamos que el ateísmo actual es mas refinado, estudiado, y sobre todo, que cumple la característica de esas palabras que Satanás le dijo a Adán: "…el día que comáis de el, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios…" (Gen. 03:05). Tal vez el hecho más importante no es que el hombre se volvió ateo, sino que se respalda en ello para poder el ser dios. Vemos que en el humanismo y todas las corrientes donde el hombre es exaltado por su inteligencia y por tantas cosas mas, hay corrientes desde aquellas donde el hombre crea a Dios en su mente, hasta aquellos que niegan totalmente la existencia de Dios. Un ateo trata a alguien que cree en Dios como ignorante, lo cual creo es un error. El ateísmo es el producto del estudio de las cosas de esta tierra. Como dice su Palabra en 1ª. Cor. 02:14, "pero el hombre natural (o sea el normal) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente". En otras palabras, como le dijo el Señor a Nicodemo: "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Jn. 03:06). El que estudia lo material todo lo entiende en la carne. El error de los que creen en Dios es que ridiculizan a los ateos, porque los ateos –en su afán de querer demostrar que Dios no existe- recurren a la ciencia de este mundo, tratando de presentar argumentos y esto no lleva a nada. Insisto, Dios es espíritu, como dice su Palabra en 1ª. Cor. 02:12 "…no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido". Dios, pues, se manifiesta en el plano de lo espiritual por medio de la fe. Si me pongo a discutir sus argumentos con gente que estudia las cosas de este mundo, sin duda que sus argumentos están llenos de verdades, solo que del orden de lo material; pero si alguien también logra entender por revelación –esto es, por medio de la fe- quien es Dios, quien es Jesucristo, el ateo no lo puede discutir porque no lo entiende. Hablamos de cosas diferentes, dos idiomas distintos. Por ello, si usted quiere conocer a Dios, no lo haga a través de la ciencia de este mundo. Hay que buscarle por medio de una invocación para que el se manifieste a nuestras vidas y nos haga entender –por medio de la fe- quien es el: no religión sino espíritu. ¡Que Dios le bendiga!

Texto por

"Si oyereis hoy" ©

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