domingo, 13 de septiembre de 2009

Jesús el mejor de todos los ejemplos

El día que Jesús inicio su ministerio en este mundo hizo lo siguiente: llego a la sinagoga donde acostumbraba reunirse con la gente religiosa de su época –que predica y no se convierte, que oye y no cambia- y le dieron las Sagradas Escrituras para que la leyera. El abrió en el libro del profeta Isaías y dijo así: "El espíritu del Señor esta sobre mi…" en aquel instante esa letra de la Biblia se estaba convirtiendo en la Palabra de Dios para este mundo, transformándose en el espíritu que le da vida a esa letra; en caso contrario seria letra muerta y Jesucristo un religioso mas. Luego que termino de leer enrollo el libro se lo dio al ministro del culto en la sinagoga y todos los ojos se posaron en el. Luego agrego: "…hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros." Y comenzando con esta expresión denuncio la corrupción religiosa en que todos ellos Vivian, hablando con poder y firmeza. A medida que avanzaba con la verdad empezaron todos a llenarse de ira, hasta que no soportando mas se levantaron y tomándole lo llevaron a la cumbre de un monte para despeñarlo; seguramente por todas las herejías que había dicho (¿Sera herejía decir la verdad sobre la falsedad de la religión?); pero por obra de Dios se zafo de ellos y se fue. (Todo esto esta en Lucas 4:16-30)

Hubo un sacerdote malo en los días del profeta Samuel. Este, como todo buen religioso, leía la Biblia al pueblo todos los días de reposo y ministraba de oficio los cultos y rituales ordenados por la ley.

No obstante ser avaro (amador del dinero) además era alcahuete y tolerante con sus hijos malvados, que fornicaban con las mujeres de Israel valiéndose de la influencia religiosa de que gozaban por su jerarquía.

Como resultado, dice en la Biblia que escaseaba la Palabra de Jehová en aquellos días. Quiere decir que no bastaba con predicar la Biblia, pues sus hechos procaces la desvirtuaban dando como resultado nuestro tema de hoy: "Mucha Biblia y no Palabra de Dios". Todo esto puede leerlo en 1ª. Samuel 2:22-3:21.

Texto por

"Expresión Doctrinal Ágape"©

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