miércoles, 23 de octubre de 2013

Revelacion de Jesus a Pablo

REVELACIÓN DE JESÚS

A PABLO, TODO LO CONCERNIENTE
                                                                             

  A SU PERSONA Y A SU CUERPO.
                                                                             

 (Ro. 1:1-2; Gá. 1:1, 11-12, 15-16)
      El Señor llamó a Pablo, como vaso escogido, para dar a conocer a los

gentiles, a través de sus epístolas, la persona de Jesús y la iglesia como Su

cuerpo. Sin las epístolas de Pablo no podríamos conocer al Cristo resucitado,

hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), ni la iglesia como cuerpo de

Cristo (Ef. 1:22-23). Tampoco podríamos conocer la manera y el elemento con

los cuales edificar Su cuerpo, Su novia , Su esposa; edificación que tendrá

su consumación en la Nueva jerusalén (Ap.21:2-3; 22:17).

       En cuanto a la redención, todo fue consumado (Jn. 19:30). El hombre no

tiene parte alguna en la redención. Solamente El estaba capacitado para

terminar la obra de Su muerte toda inclusiva, mediante la cual efectuó la

redención, puso fin a la vieja creación, y liberó Su vida de resurrección

para producir la nueva creación y así cumplir el propósito de Dios. Pero, en

cuanto al misterio de Dios, el cual es Cristo, y  el misterio de Cristo, el

cual es la iglesia, tuvo que usar a los apóstoles, especialmente Pablo, para

completar la palabra de Dios, al darnos una revelación completa de la

economía de Dios ( Col. 1:25).
       En Hechos  9.4-5, Pablo tuvo la tevelación de esta persona

maravillosa, Jesús y la relación que le unía con los creyentes, Su cuerpo.
En el versículo  cuatro El Señor Jesús  le dijo :".........Saulo, Saulo ¿ por

qué Me persigues?"; a la pregunta de Pablo respondió el Señor, en el v.5

".......¿Quién eres Señor? Yo soy jesús, a quién tú persigues". Se refiere a

una entidad corporativa que incluye a Jesús el Señor y a todos Sus creyentes.

Saulo pensaba que perseguía personas en la tierra. Le sorprendió muchísimo

que Jesús desde el cielo le dijera que le perseguía a El. Esta fue la más

grande revelación que hombre alguno pudiera recibir.  Jesús y Sus creyentes,

Su cuerpo, la iglesia, eran uno en vida y en naturaleza (Jn. 1:12-13; 2 P.

1:4).

                                                              CRECIMIENTO EN

VIDA PARA LA EDIFICACION DEL CUERPO DE CRISTO
                                                              (1 Co. 3: 18;

Ro. 8:29; Gá. 4:19; 1 Jn. 3:2; Fil.3:21; 1 Co. 15:51; Ro.12:2)

          Este proceso es muy largo; comienza con la regeneración y termina

con la glorificación o transfiguración de nuestro cuerpo. En estos dos puntos

no tenemos problema alguno , pues, la regeneración es instantanea (cuando

recibimos al Señor Jesús, como nuestro salvador) y la glorificación ocurre en

un abrir y cerrar de ojos (1 Co. 15:51-52). Las mejores escuela de la

cristiandad enseñan en cuanto a la regeneración y la glorificación. Ellos

piensan que una vez regenerados deben llevar una vida correcta con el fin de

ganar el cielo; gran error, al no darse cuenta que no puede haber

glorificación sin pasar por el largo túnel de la transformación  de nuestra

alma, nuestro yo natural. Este largo "túnel" , por el cual tenemos que pasar,

la transformación, es un proceso que dura toda nuestra vida. La

transformación no es más que el crecimiento en vida, es decir, permitir que

Cristo Jesús como el Espíritu vivificante (de vida), salga de nuestro

espíritu (1 Ts. 5:23) y se extienda en nuestra alma, constituyéndonos con Su

vida. Para que esto de lugar debemos comer y beber del Señor, esta es la

palabra pura (Jn. 6:33-65; 4:10-14; 7:37; Ap. 22:1, 17).
         Si teneis la Biblia Versión Recobro, disfrutar las notas de todos

estos versículos, especialmente en 1 Co.  3:18. Cuando a cara descubierta

miramos y reflejamos la gloria del Señor, El nos infunde los elementos de lo

que Él es  y ha hecho. De esta manera estamos siendo transformados

metabólicamente a Su imagen, principalmente por la renovación de nuestra

mente (Ro. 12:2). Mirar cara a cara al Señor es volver nuestro corazón a Él.

Debemos tener un corazón tierno, para ser impresionados por la hermosura del

Señor; un corazón puro, que le mire sólo a El y no sea atraido por nada que

no se Él: "Bienabenturados lo de corazón puro porque ellos verán a Dios"(Mt.

5:8); un corazón de amor y un corazón de paz, sin una conciencia de ofensa

hacia Dios y hacia los hombres. Nada de esto podemos hacer en nuestro hombre

natural; pero Jesús como vida en nosotros, Él si puede hacerlo y lo esta

haciendo. Este mensaje tiene como fuente la Biblia Versión Recobro y notas

del Hermano Witness Lee.
          Que el Señor nos cubra con Su gracia.

José Luis Bruña.

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