miércoles, 23 de octubre de 2013

Con la Vida de Cristo

SOMOS CONSTITUIDOS CON LA VIDA DE CRISTO-JESÚS
                                                                             

     AL COMERLE Y BEBERLE
                                                              (Gn. 2:9; Jn.

6:33-63; Jn. 4:10, 14; 7:37; 1 Co. 12:13)

         La única manera de adorar al Padre es ser constituidos con la vida

de Su Hijo, al comerle y beberle, con el fin de llegar a ser su Cuerpo, con

Su vida y Su naturaleza (Jn.1:1; 2 P. 1:4).
          En Gánesis 2:9, Dios puso al hombre ante el árbol de la vida

(figura de Dios) para que comiera de El. No es cuestión de doctrinas,

seminarios, buenas obras ect.; es cuestión de comer y beber de Cristo. Esto

es hacer la voluntad del Padre.
           Muchos cristianos se asustan cuando se les habla de tener a Cristo

como nuestra comida y nuestra bebida espiritual. Bueno, veamos que nos dice

la Palabra al respecto. En Juan 6:33 nos dice: "Porque el pan de Dios es

Aquel que desciende del cielo y da vida al mundo"; en el v. 48 dice: "Yo soy

el pan de vida"; en el v. 50: "Este es el pan que desciende del cielo, para

que el que de él coma, no muera"; v. 51; "Yo soy el pan vivo que descendió

del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo

le daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo". Asi

sucesivamente en los versículos 53, 54, 55, 56; terminando con el versículo

63, de suma importancia, que dice: "El Espíritu es el que da vida; la carne

para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son

vida".  Insisto, todo ello es real en la esfera celestial. El Señor Jesús nos

está diciendo que debemos comerlo en la Palabra. Debemos tocar el Espíritu de

la Palabra; ello es posible, cuando vamos a la palabra tocando n uestro

esíritu humano (1 Ts. 5:23) en oración. Cuando hacemos esto, tocamos el

corazón de Dios en la palabra, y somos alimentados, constituidos con Su vida,

para ser conformados a Su imagen y Su semejanza. Somos hechos igual a El en

vida y naturaleza, no en la deidad. (Jn. 1:1, 14; 2 P. 1:4; Ro. 8:29; 2 Co.

3:18; 1 Jn. 3:2; Gá. 4:19).
            Tocante a Cristo Jesús como nuestra bebida, debo insistir, que

estamos tocando un asunto en la esfera celestial; en ella no tiene cabida la

esfera física, síquica o psicólogica;  todo radica en una esfera celestial,

la cual sólo podemos tocar, entender y disfrutar en nuestros espíritu humano

(1 Ts. 5:23; Jn. 4: 23-24).
             En Juan 4:10, 14 dice Jesús: "...........si conocieras el don de

Dios y quién es el que te dice: Dame de beber; tu le habrías pedido y El te

habría dado agua de vida". " Mas el que beba del agua que Yo le daré será en

él un manantial de agua que salte para vida eterna". En Juan 7:37

dice:"..............si alguno tiene sed, venga a Mi y beba........" 1 Co.

12:13: ".................y a todos se nos dió a beber de un mismo Espíritu".

Apocalipsis 22:1 nos dice la palabra: "Y me mostró un rio  de agua de

vida......." continuando en el v. 17 del mismo capítulo diciendo: "Y el

Espíritu y la novia dicen: Ven, Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,

Venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente".
             La Biblia nos habla de una persona Cristo Jesúis, Dios encarnado

(Jn.1:1, 14); después de Su muerte en la cruz, en resurrección se hizo el

Espíritu vificante(1 Co. 15:45).  Ahora esta persona está edificando Su

iglesia(Mt. 16:18), constituyéndonos con Su vida, al comerle y berle. No

podemos ni debemos convertir la vida de la iglesia en normas, regulaciones,

estatutos y doctrinas ; es cuestión de una Persona que se imparte como vida

en nosotros.
              Que la gracia de Dios esté con todos nosotros.

José Luis Bruña.

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