lunes, 22 de marzo de 2010

Jesús y el Reino

Jesucristo no vino a este mundo para dejar establecido ningún tipo de religión, sino que dejo establecidas las bases de un reino que debería comprenderse más por las obras que por su arsenal de teologías. Léase:

"Ahora, hijo mío, a mas de esto, se amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne" (Ec. 12:12).

La mayoría de las religiones tiene como elementos de valor: sus edificios, sus teologías y su organización. Co0ntraio a esto, Jesús decía:

"…la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre… Mas la hora viene, ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren" (Jn. 4:21, 23).

Con esto, Jesús daba a entender que los edificios para Dios no tenían importancia como el hecho que alguien fuese espiritual para encontrarse con él. Esto también lo confirmo el apóstol Pablo, al decir:

"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas" (Hch. 17:24).

Respecto a que Jesús era de pocas palabras, leamos:

"no gritara, ni alzara su voz, ni la hará oír en las calles" (Is. 42:02).

También decía Jesús de sí mismo:

"Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mi, y yo en el Padre" (Jn. 10:37-38).

Más que por sus palabras, apelaba al poder de sus obras. El tema central de la predica de Jesús era "El Reino de Dios", el cual tipificaba con muchas parábolas y alegorías. De tal forma que si alguno quiere entrar, toma ejemplo del trabajo que se debe hacer, más que una teología que aprender. De modo que el reino se convierte en algo eminentemente práctico, y lo seguirán quienes voluntariamente asuman el compromiso. ¿Lo entiende usted?

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"Expresión Doctrinal Ágape"©

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