domingo, 31 de diciembre de 2017

Mas os hago saber

Gá. 1:11-12
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Pablo recibió una revelación maravillosa del evangelio procedente directamente del propio Señor. Por consiguiente, el evangelio que él predicó no fue según hombre.
En la iglesia del Señor necesitamos tener una perspectiva clara del evangelio según Pablo. El enfoque central del evangelio de Pablo es que el Hijo de Dios, el Ungido de Dios, ha entrado en nuestro ser para ser nuestra vida hoy y nuestra gloria en el futuro, a fin de que seamos los miembros de Su Cuerpo … En el evangelio de Pablo hay muchos asuntos misteriosos que no son abarcados por Mateo, Marcos, Lucas o Juan. En los cuatro Evangelios no se nos dice que Cristo es el misterio de Dios (Col. 2:2) o que toda la plenitud de la Deidad mora en Él corporalmente (v. 9). De hecho, los cuatro Evangelios ni siquiera nos hablan claramente acerca de la justificación por fe. Es en Romanos y en Gálatas donde la justificación por fe es abarcada de una manera clara.
El enfoque central del evangelio no es la administración de Dios; es Dios mismo en Su Trinidad, quien llega a ser el Espíritu procesado y todo-inclusivo a fin de ser para nosotros la vida y el todo para nuestro disfrute de modo que Él y nosotros seamos uno para expresarlo a Él por la eternidad.
Muchos cristianos hoy en día tampoco tienen claridad en cuanto a este asunto. Tal vez ellos estén familiarizados con los concilios, los credos y las enseñanzas de la iglesia tradicional, pero no conocen la revelación de Pablo tocante a que el Dios Triuno se ha procesado para llegar a ser el Espíritu todo-inclusivo. Esto indica que pocos cristianos conocen adecuadamente el evangelio según Pablo.
El apóstol recibió el evangelio por revelación de Cristo. Aquí la revelación de Cristo no se refiere meramente a la revelación recibida mediante Jesucristo o a la revelación con respecto a Cristo; más bien, se refiere a la persona misma de Cristo, quien fue revelado en el apóstol. Pablo recibió el evangelio mediante tal revelación personal. La revelación consiste en abrir el velo a fin de mostrar algo escondido a la vista. Un día Dios abrió el velo a Pablo, y él inmediatamente vio al Cristo revelado.
El evangelio que el apóstol recibió por la revelación de Cristo es el centro de la revelación de Dios en el Nuevo Testamento (Ro. 1:1, 9). El evangelio de Pablo es una revelación del Dios Triuno que fue procesado para llegar a ser el Espíritu vivificante y todo-inclusivo (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; Gá. 3:2, 5, 14). Su evangelio está centrado en que el Dios Triuno es nuestra vida para ser uno con nosotros y hacernos uno con Él a fin de que podamos ser el Cuerpo de Cristo con miras a expresar a Cristo en una manera corporativa (Ro. 8:11; 12:4-5; Ef. 1:22-23).
Cristo, una persona viviente, es el enfoque del evangelio de Pablo. Por eso, todo el énfasis del libro de Gálatas está en Cristo como centro. Cristo fue crucificado para redimirnos de la maldición de la ley y rescatarnos de la presente y maligna corriente religiosa del mundo (3:1, 13; 1:4, 15-16). Cristo resucitó de los muertos para vivir en nosotros (v. 1; 2:20). Nosotros fuimos bautizados en Cristo, fuimos identificados con Él y nos hemos revestido de Cristo, habiéndonos vestido con Él; así que, estamos en Cristo y hemos llegado a ser Suyos (3:27-29; 5:24). Cristo ha sido revelado en nosotros, ahora Él vive en nosotros y será formado en nosotros (1:16; 2:20; 4:19). La ley nos ha conducido a Cristo, y en Cristo todos somos hijos de Dios (3:24, 26). En Cristo heredamos la bendición prometida por Dios y disfrutamos al Espíritu todo-inclusivo (v. 14). En Cristo todos somos uno (v. 28). No debemos dejarnos privar de todo el provecho que tenemos en Cristo y así ser separados, cortados, de Él (5:4). Necesitamos que Cristo suministre gracia a nuestro espíritu para que lo vivamos a Él (6:18). El deseo de Dios es que Su pueblo escogido reciba a Su Hijo en su ser; esto es el evangelio.
El Señor nos siga iluminando cada día conforme al deseo de Su Corazón.

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