lunes, 19 de noviembre de 2018

Porque Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer

Fil. 2:13
Porque Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito.
Gá. 4:19
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros.

La economía de Dios gira en torno a una sola cosa: la obra única de Dios. La obra única que Dios ha llevado a cabo en el universo y a lo largo de todas las eras y generaciones, es la de forjarse en Cristo dentro de Su pueblo escogido, haciéndose uno con ellos. Esto implica la mezcla de la divinidad con la humanidad.
A fin de forjarse en nosotros, Dios se hizo hombre y llevó una vida humana sobre la tierra. Luego, pasó por la muerte y entró en resurrección y ascensión, llegando a ser el Espíritu consumado y vivificante, listo para entrar en nosotros. Cuando entró en nosotros, Él regeneró nuestro espíritu. Ahora Él opera en nosotros a fin de aumentarse en nosotros y edificarse en nuestro ser.
Tengo la carga de hablar de la intención que Dios tiene de edificar Su mismo ser en nosotros, lo cual realiza en Cristo. Dios no desea principalmente hacer cosas por nosotros, sino forjarse en nuestro ser.
Aunque Dios no está limitado por el tiempo, Él ha —en el curso del tiempo, gradualmente y poco a poco— liberado Su revelación al hombre.
Dios no se edifica en Sí mismo, sino en el hombre, e incluso no sólo en el hombre, sino dentro del hombre. Esto es una obra de edificación en la que Dios en Cristo se constituye en el hombre.
La intención de Dios es que Cristo sea forjado completamente en su ser, pero a usted en su búsqueda espiritual no le interesa eso en absoluto. Esto indica que en su búsqueda espiritual usted va en dirección contraria, pues únicamente tiene en cuenta su pro­pia intención … Siento la carga de que la mayoría de los santos en el Cuerpo del Señor no ha visto [este asunto de la intención de Dios].
Dios no tiene intención de que meramente prediquemos el evan­gelio o que administremos una iglesia. La intención de Dios es for­jarse en nosotros cuando predicamos el evangelio y administramos la iglesia. Su intención es llegar a ser nuestros elementos intrín­secos … Al hacer esto, mata dos pájaros con una sola piedra … Él puede llevar a cabo la obra, propagar el evangelio y cuidar de la iglesia por medio de nosotros. Al mismo tiempo, mediante estas obras, Él se puede añadir a nosotros. Dios no tiene intención de corregir nuestros errores. Su única intención es forjarse en nosotros y llenarnos de manera que, día tras día, … Él llegue a madurar en nosotros.
Espero que no tomen mis palabras como una mera enseñanza. Les estoy mostrando algo aquí. Les estoy señalando un camino. No tengo la expectativa de que estas palabras les proporcionen entusiasmo o estímulo alguno. Mi única esperanza es que aquellos que tienen un corazón para el Señor reciban la bendición aquí.
Si leemos todo el Antiguo y el Nuevo Testamento, veremos que Dios tiene un propósito específico en el hombre. Ya sea al crear al hombre o al redimirlo, Dios desea alcanzar este propósito. Este propósito puede ser considerado como el centro del universo. Si el hombre no se encuentra con este propósito mientras vive en la tierra, se sentirá vacío. Incluso un cristiano que no vea este propósito sentirá que su vida carece de significado. Por medio de Su palabra, Dios nos ha mostrado de muchas maneras cuál es este propósito. El propósito de Dios consiste en forjarse en el hombre. Al final de Apocalipsis se nos dice que en el cielo nuevo y la tierra nueva, cuando la obra de Dios haya sido completada, Él se habrá forjado completamente en el hombre. Para ese entonces, Dios estará plenamente en el hombre y el hombre estará plenamente en Dios. Dios y el hombre llegarán a ser una sola entidad. Podríamos pensar que estábamos destinados a la perdición y al infierno. Después de ser salvos quizás pensemos que ahora, por ser personas salvas, estamos satisfechos siempre y cuando podamos ir al cielo. Sin embargo, éste no es el propósito más elevado de Dios, Su má­ximo propósito. El propósito más elevado de Dios, Su máximo propósito, consiste en forjarse en el hombre.

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